La sequía ha provocado un catastrófico resultado de la campaña de lenteja en la comarca para los 295 agricultores acogidos a la Indicación Geográfica Protegida Lenteja de Tierra de Campos.

Según los datos ofrecidos por la propia IGP se ha cosechado una media de 300 kilogramos por hectárea, lo que supone una caída de un 73% respecto al año anterior, cuando se recolectaron 1.100 kilogramos de media por hectárea, si bien el técnico Javier Alonso Ponga reconoce que la de 2016 "fue una campaña excepcionalmente buena en cantidad". En contraste, la de 2017 ha supuesto "un desastre" ya que "en torno a los 900 kilogramos estaríamos hablando de un año regular", argumenta el experto, y no se ha podido recoger más de un tercio de dicha cifra.

Entre las causas que han motivado estos malos resultados están, además de la sequía, las olas de calor ocurridas en primavera, que provocaron temperaturas próximas a los 40 grados en mayo y junio. "Ese calor provocó en algunos casos que las flores no cuajaran, si no hubiera sido por esas olas de calor estaríamos hablando de unas cosechas de entre 400 y 500 kilogramos, malas por causa de la sequía pero no tan desastrosas", desgrana Alonso Ponga.

El sector sufre este varapalo precisamente en el año en que más ha crecido la IGP, con 5.400 hectáreas cultivadas de lenteja, 2.100 más que el pasado año. Sin embargo, la producción total acogida a la marca de calidad no supera las 1.500 toneladas, frente a las casi 4.000 que se cosecharon en 2016 en tan solo 3.300 hectáreas.

El descenso en la producción no se traduce, sin embargo, en una subida de los precios, ya que la mayor parte de la lenteja consumida en España se importa del continente americano, y por ende su precio depende más del resultado de las campañas en esos países. En cuanto al precio en origen de la lenteja, los productores acogidos a la IGP trabajan con contratos cerrados con los envasadores antes de sembrar, con unos precios que ofrecen unos rendimientos atractivos comparados con los de distintos cereales, por lo que cada año más agricultores se animan a incluir la leguminosa en las rotaciones de sus cultivos. Además, existen ayudas directas a la producción de esta variedad específica de Castilla y León.

No obstante, Zamora sigue siendo la provincia que menos hectáreas aporta al conjunto de las sembradas bajo el amparo de la IGP en toda la Tierra de Campos, que abarca parte de esta provincia y de las de León, Valladolid y Palencia. 44 municipios del este de la provincia tienen todo o parte de su término incluido en el ámbito geográfico de la Indicación Geográfica Protegida.

La meteorología ha provocado una mala cosecha en cuanto a cantidad, pero no en cuanto a calidad. Las propiedades culinarias de la lenteja de Tierra de Campos cosechada este año son excelentes. Las legumbres demasiado pequeñas por falta de agua son cribadas antes del envasado y las que llegan al consumidor tienen una textura exquisita porque no se han mojado después de su recolección.

La lenteja es una legumbre muy rica en proteína vegetal y en vitaminas B1, B3 y B6, además de contener hierro, y la variedad pardina de Tierra de Campos posee unas dimensiones pequeñas y una forma redondeada que hace que no pierda la piel a la hora de cocinarla, dejando un caldo limpio -amarillento por el color del producto- y una legumbre de textura suave al paladar.