La música de animación al ritmo de flauta y tamboril abrió ayer el pasacalles de la Asociación Cultural de Cabezudos de Corrales del Vino, inaugurando la jornada festiva, la exaltación de la Santa Cruz, en una mañana en la que también hubo tiempo para los más religiosos de escuchar la eucaristía, cantada por el coro parroquial, y pasando el mediodía, disfrutar del clásico concierto que ofrecía un año más la Banda de Guerra del Regimiento de Especialidades de Ingenieros número 11 de Salamanca en la Plaza Mayor.

Bajo la batuta de su director, Jesús Albín, y la organización del jefe de guardia Pedro Bautista, los 21 músicos, con instrumentos de viento madera, metal y percusión desarrollaron un programa bien conocido por el público que asistía al evento, reservando sitio en alguna de las 400 butacas que se colocaron al abrigo del sol gracias a un gran toldo de campaña montado por los propios militares.

El famoso pasodoble de la Entrada calentaba motores emulando a los festejos taurinos, al que seguían otras piezas, como el Novio de la muerte, la Ópera flamenca, la Encarnación coronada que representa un pasacalles adaptado a marcha militar, el tan conocido Gato montés para finalizar con Paquito el chocolatero. Las Corsarias o el Himno de España vendrían con los bises a los que gustosamente se vio obligada la formación musical, ante la calurosa acogida tributada por lugareños, visitantes y autoridades, fundamentalmente el alcalde de Corrales, Mario Castaño, con miembros de la Corporación y regidores de otros pueblos de la comarca.

La relación de Corrales con los Ingenieros viene motivada por el hecho de que el patrón de este Arma del Ejército es el rey santo Fernando III, nacido en el monasterio de Valparaíso, en el término municipal de Peleas de Arriba, donde se conserva un monolito conmemorativo y localidad que pertenece al Ayuntamiento de Corrales.