El recital de la Loya y la ofrenda del Ramo protagonizaron ayer el día grande de las fiestas de la Peregrina en San Martín de Castañeda, sin desmerecer la procesión de la Virgen por el excepcional entorno del monasterio cisterciense con el sonido de fondo de la Banda de Gaitas de Verín.

El templo de Santa María reunió a familias naturales de este pueblo, bautizado como el "balcón de Sanabria" por las vistas que regala al visitante, que revivieron con devoción la celebración religiosa con las canciones transmitidas de generación en generación.

Este año los hermanos Óscar y Diego Castaño protagonizaron el recital de la Loya. El primero en su papel de pastor rindió homenaje a sus abuelos y a tantas generaciones que "llevaron a este pueblo dentro de sus corazones", evocando las vivencias de su niñez mientras su hermano Diego contestaba desde el público. El templo abarrotado y presidido por la imagen de la Peregrina arropó también las voces de las jóvenes Cristina, Amanda, Elena y Lorena durante el canto del Ramo. Ambas representaciones recibieron una prolongada ovación de los presentes en el templo.

La noche del sábado el pueblo revivió una de sus tradiciones más señeras e icónicas, el baile de la Visparra, que salió al término de la vigilia. La mascarada, que oficialmente recorre las calles el 5 de enero, volvió a ejecutar sus bailes durante las fiestas patronales del pueblo. Las dos talanqueiras, acompañadas por el cortejo de visparros, y los personajes del ciego, la cernadeira, la dama y el galán tomaron vida entre la expectación de los hijos de San Martín de Castañeda en una noche muy agradable, como lo han sido los días de fiesta.

El final de los festejos significa el inicio de los preparativos para La Peregrina de 2017, responsabilidad que recaerá en Miguel Ángel del Campo Zurrón, nuevo presidente de la comisión de fiestas en Madrid, que estará apoyado por delegados Zamora, San Martín o Barcelona.

Los encargados de las fiestas de este año aprovecharon el final de las mismas para dar las gracias al pueblo por el apoyo y la participación, tanto en las verbenas como en las comidas de hermandad o las actividades para los más pequeños.