Una semana después del desastre Fermoselle, Pinilla de Fermoselle y Fornillos, los tres pueblos zamoranos afectados por el gran incendio declarado el 28 de agosto en los Arribes del Duero, intentan recuperar el pulso normal de la vida, que por estas fechas se centra en las labores de recolección. Es el caso de la almendra, uno de los frutos que complementan las economías domésticas y cuya temporada ha comenzado. Ayer se pudo ver a algunos pequeños productores recogiendo el fruto en árboles que no se han quemado y con la esperanza de que la cosecha sea mejor que la del año pasado, cuando "no hubo ni para los postres".

Según los vecinos, los más perjudicados por el fuego han sido los olivos. Un incendio que ayer permanecía activo y con un agente medioambiental, un autobomba y una cuadrilla de tierra controlando la zona. Además se declaró un incendio en Sejas de Aliste controlado una hora y media después.