La empresa Aquona ha suspendido temporalmente el bombeo de agua al depósito de Castellanos, que abastece Puebla de Sanabria y Castellanos, por las malas condiciones en las que baja el río Tera con los materiales arrastrados procedentes de los incendios de la vertiente de la sierra de Cabrera que aporta aguas al río Trefacio. Desde la nueve de la mañana del lunes se cortó el flujo de agua al depósito de 500.000 litros de capacidad.

El servicio de mantenimiento del Ayuntamiento de Galende, por su parte, restituía ayer la extracción de agua del río Tera tras mejorar las condiciones del cauce, en particular los aportes del río Trafacio donde estaba el problema, al desaparecer la mayor parte de la turbidez del agua. Las bombas de extracción situadas en puente Quizoya, aguas abajo de la presa de Corneira, entraban en funcionamiento a lo largo de la mañana. El abastecimiento de los cuatro pueblos de Ilanes, Cubelo, Rabanillo y El Puente, no se ha visto interrumpido en las horas que se cortó la extracción de agua. La depuradora y cloradora de esta red, situada en Cubelo, están en buen estado ya que se cortó la entrada de agua a los cuatro depósitos de manera inmediata, cuando el río presentaba graves problemas. En los primeros momentos el agua era negra y espesa, más parecida a petróleo.

El alcalde de Puebla, José Fernández Blanco, señaló que la situación "pinta mal" aunque se tratará de abastecer Puebla con camiones cisterna, rellenando el depósito. A las tres de la mañana del martes se completaba el primer trasvase de agua en camiones, en 35.000 litros, suministrados de la red de abastecimiento de Lubián, y otros 16.000 litros, a lo largo de la mañana de ayer, procedentes de la Diputación. Para el alcalde es urgente garantizar tanto el abastecimiento como un consumo moderado básicamente de agua para los sanitarios de domicilios y establecimientos públicos.

El alcalde descartó vaciar el depósito y limpiar la red por el problema que supone rellenar todo el circuito de agua sin bombear del río. Sí se está intensificando la limpieza de la captación y el control de los equipos de bombeo desde la presa de Castellanos. En los meses de verano se consume diariamente en Puebla un depósito, 500.000 litros. Para el alcalde es fundamental que la cisterna de la Diputación permanezca en el municipio estos días, en tanto se normaliza el cauce del río Tera. El río Trefacio mejoraba ligeramente la situación de turbidez, aunque el caudal ha descendido notablemente.

La empresa que gestiona el abastecimiento apunta a las fuertes tormentas y los arrastres por los incendios, particularmente de la zona de la sierra de la Cabrera, que vierte sus aguas al río Trefacio y los arroyos de esta zona, como causa de la turbidez. Aquona no recomienda el uso del agua, y en su caso efectuar un consumo responsable "puesto que no existe una fuente de agua alternativa". Ayuntamiento y empresa recurrirán a los camiones cisterna, aunque no se descartan cortes intermitentes del suministro si hay un consumo excesivo, y recomiendan el uso de agua "para lo más estrictamente necesario".

En Puebla el agua del grifo salía totalmente oscura e inconsumible, aunque se siguen aplicando los tratamientos de cloración pertinentes para garantizar el estado sanitario del líquido que emana por los grifos. "Las toallas salen negras de la lavadora" explicaban una trabajadora de un establecimiento hostelero. El agua del depósito es la que entró en estos dos últimos días, antes del corte, cuando el cauce ya acusaba la carga de tierra, lodo y cenizas. Los equipos de mantenimiento de la empresa suministradora mantenían ayer una especial vigilancia en la captación y el depósito.

Los vecinos de Castellanos se acercaban ayer por la mañana hasta la presa para ver el estado del río, un río que jamás habían visto con tanto lodo y cenizas. Un caldo perjudicial para las truchas que estos días han saltado del río por falta de oxígeno, como explicaba uno de los residentes en el pueblo. La ceniza "es veneno para las truchas".

El presidente de la asociación de Pescadores Sanabria y Carballeda, Manuel Mateos, calificaba de "catástrofe para el río Tera" el arrastre de cenizas y tierras, y traslada su "indignación y desesperación" por no poder hacer nada. Las consecuencias de los incendios intencionados, tanto el de la Sierra de la Cabrera como del Cañón del Tera provocados por algún desalmado, se han agravado con las fuertes tormentas y el arrastre de limos y cenizas "ha provocado un daño difícil de reparar en nuestro río, haciendo que el cauce se tina de un color negro y las aguas se hagan más espesas". A la sequía y el acusado estiaje de los cauces "esta es la puntilla que faltaba" para terminar con la fauna piscícola. La asociación había solicitado el cierre anticipado de la temporada de pesca por el sufrimiento en las especies por falta de caudal "la administración hizo caso omiso y ahora, para rematar, algún asesino hace el mayor daño posible a nuestro entorno". Mateos cree que en los próximos días empezarán a aparecer los peces muertos. "La ceniza es un buen abono para el campo pero no para nuestros ríos que se llenarán de algas".