El Ayuntamiento de Galende cerró ayer las bombas de abastecimiento de agua del Tera, en El Puente, porque el río bajaba negro como el carbón de una mina, y además, sucio. Todo era debido a los residuos generados por el incendio que afectó los pasados días a la sierra de La Cabrera. Los ríos de la sierra de San Ciprián, y que descienden hacia el Trefacio llegaban a la zona de La Corneira con una imagen impresionante. Los pescadores expresaban ayer su preocupación por los efectos en la vida piscícola de no cambiar pronto la calidad del agua.

La comarca se vio ayer golpeada, además, por un sorprendente temporal de viento y granizo.

Árboles en el suelo

El fuerte viento derribó algunos árboles de imponente dimensión y fue necesario la intervención de los bomberos del Parque de Rionegro del Puente para despejar las zonas.

Una fuerte granizada barrió la comarca de Sanabria poco después de las cuatro de la tarde, con especial incidencia entre Galende y Ribadelago, pero también en la zona de Mombuey. Vecinos y conductores se vieron sorprendidos con piedras del tamaño de una uva. La intensidad de la tormenta obligó a parar el tráfico por seguridad en puntos de la carretera ZA-104 en Galende, en la travesía de la carretera local de Trefacio e incluso en la autovía A-52 cerca de Mombuey. Estas retenciones en las márgenes de los viales obedecían a la prevención de los conductores para no sufrir daños en los vehículos con los fuertes golpes de las piedras y para evitar posibles accidentes.

La nube de agua, relámpagos y truenos avanzó por el territorio de sur a este con lluvia fuerte tras dos meses de sequía intensa. La estación meteorológica de Robleda Cervantes registraba a las cinco de la tarde 4,4 litros por metro cuadrado (4,4mm) y poco más de 16 grados de temperatura.

El descenso de las temperaturas fue de casi 10 grados, alcanzado la máxima diurna 22 grados. La Agencia Estatal de Meteorología prevé para hoy hasta un 80% de probabilidad de lluvias a primeras horas del día y máximas de 21 grados.

Como consecuencias de las tormentas intensas y fuertes registradas ayer se produjeron importantes daños en las zonas de huertas donde el hielo ha machado los productos hortofrutícolas, los pocos que han sobrevivido a la helada del mes de agosto, con -1,8 grados, y al calor y la sequía de todo el verano, uno de los años climáticamente más irregulares de los registrados hasta la fecha.