Porto y la cultura popular despiden hoy al último artesano constructor de rabeles de la Alta Sanabria, Amador Bruña Granja, que falleció ayer en su pueblo natal a los 86 años de edad.

Amador Bruña desempeñó muchos oficios a lo largo de su vida, desde albañil en las presas y constructor que les obligaron a salir del pueblo, hasta pastor de ganado y hostelero, regentando un bar en el pueblo.

Su aportación a la cultura la reflejaban ayer Pablo Madrid y Alberto Jambrina, que de sus manos aprendieron el arte de trabajar y tocar el rabel, el de los pastores, realizado con herramientas sencillas, mucha maña y el haber visto a los mayores hacer los instrumentos con madera, piel de oveja y crines de caballo para el arco. Entre sus múltiples oficios también figuró el de carpintero.

El fallecimiento de Amador Bruña es un golpe a la tradición popular al no haber relevo en el aprendizaje y en la transmisión de esta cultura centenaria.

Su oficio no se perderá empero porque ha quedado inmortalizado en numerosos documentales y trabajos de cultura tradicional, a través del consorcio de Fomento Musical de Zamora.