"Nosotros, los del pueblo, habríamos arreglado las últimas elecciones de un modo más sencillo y sin tantas encuestas. Como aquella mítica escena de la película "Amanece que no es poco" en la que el alcalde pedáneo sale a decir que las elecciones las han ganado los de siempre. Que de cura ha salido don Andrés, de puta sigue Mercedes y que los de la invasión se tienen que ir?".

Y es que la gente del mundo rural está pegada a su manera de vida, a su medio de subsistencia y al ciclo estacional, no hay postureo posible. Así retomaba el hilo el periodista Pedro Simón, de El Mundo, el artículo que en su día escribió titulado "Irse al pueblo" y al que daba continuidad durante el pregón de las fiestas de San Marcial. "Cuando andas como una lechuga, cuando te encuentras como perdido, cuanto te ves caminando muy deprisa en tu día libre, cuando todo suena impostado, cuando ya no te crees ni a los tuyos haciendo declaraciones en el telediario, siempre te queda volver al pueblo para que se te quite la tontería".

El periodista puso en valor el mundo rural, el orgullo que desde pequeño sintió por pertenecer a un "pueblo, pueblo, y no uno de esos que tienen semáforos".

"Cuando por fin vuelves entras en el bar como si lo hicieras a la cantina y te encuentras que allí todos son primos segundos por parte de madre o terceros por parte de padre y ya puedes ir guardando el libro que te has traído, porque entre la bici, el mus, la siesta, la peña, el Marca del bar y la tía soltera no te va a quedar tiempo ni para abrirlo".

Pedro Simón recordaba el libro de García Márquez, "Cien años de soledad" y su Macondo: "Por fortuna Macondo no es un lugar sino un estado de ánimo que le permite a uno ver lo que quiere ver y verlo como quiere". Y se atrevió a proponer, con gracia, un cambio en el tipo de políticos, más pegados a la tierra: "Hemos probado con gobernantes de León y de Galicia, de Valladolid y de Sevilla, y creo que ya llegado el momento de probar con un señor de pueblo pueblo, con su bicicleta y su Farias en la boca. A ver que pasa. Si ha de venir una desgracia, al menos que sigamos atendiendo el huerto".

Los aplausos y las ovaciones de sus paisanos daban fe del estado de ánimo, optimista y festivo, que ha reinado estos días en la localidad de San Marcial y sobre todo del orgullo de tener entre los suyos a un profesional de raza tan locuaz y ameno, el periodista Pedro Simón.