Belver de los Montes fue ayer el escenario de un hermanamiento inédito. Campaneros y tamborileros, antaño oficios con peso y protagonismo en unos pueblos pletóricos de vida, escenificaron la unión y también la fortaleza de las asociaciones creadas para mantener la memoria de lo que fueron.

Es el objetivo que movió a las asociaciones de campaneros y tamborileros, cuyos sones retumbaron ayer en las calles de Belver de los Montes emulando a aquellos que tocaban en la función de aviso o en las ceremonias.

Tras el recibimiento oficial, los tamborileros realizaron un pasacalles hasta llegar a la Plaza Mayor, donde ya estaban los campaneros hicieron toques y repiques con las campanas de la iglesia y también las portátiles que llevan a sus exhibiciones y con las que se enseña a los alumnos de la escuela de campaneros que ha promovido la asociación presidida por Antonio Ballesteros y que cuenta en la actualidad con unos 80 socios entre campaneros y alumnos. Los tamborileros, con Luis Pedraza a la cabeza, exhibieron también su maestría con un instrumento tradicional que acompaña a muchas de las fiestas en el mundo rural.

Fue un encuentro histórico donde el público pudo disfrutar, incluso ser testigo de una actuación conjunta. El acto ha contado con el apoyo de Caja Rural y el Ayuntamiento de Belver de los Montes, anfitrión del acontecimiento cultural.