"El espíritu tinajero perdura. Que cada año vecinos y amigos sigamos transmitiendo a nuestras nuevas generaciones el cosquilleo que te entra cuando vemos que se acerca La Tinaja". Era parte de la proclama inaugural de las fiestas de verano en Arcenillas que la quintada del 97 se encargaba de ofrecer desde el balcón municipal ante el público congregado en la plaza del pueblo.

Eva, Inma, Luis, Nunci, Oscar, Raquel, Rober, Rubén y Silvia, en su vigésimo aniversario como peña, tuvieron el honor de recordar a los vecinos de Arcenillas cómo nacieron con la Constitución: "Somos del 78, cuando llegaron las libertades y la democracia, nacimos con la ella y a partir de ese momento comenzó a germinar la bendita Tinaja que esperamos cada año". Y así, con cuatro décadas a sus espaldas los pregoneros recordaban el olor a limonada que traía consigo la fiesta, los atuendos, con falda roja incluida para bailar por las calles o el famoso chocolate que se toma de madrugada en las fiestas después de una larga noche sin dormir en la que no paraba de sonar la música y el baile. "Tara tra tra, tara, tara..", todos en este pueblo sabemos cuál es, la Campanera. Con ella arranca la fiesta.

El ruido, el jolgorio, la alegría de las peñas, los cánticos y el cachondeo inundaban ayer las calles de la localidad durante el multicolor y dinámico desfile que seguía al pregón a ritmo de la música que marcaba la charanga Rotato.

La fiesta continuaba en horario nocturno con el Karaoke mientras que para hoy, jueves, el teatro, la disco móvil y los distintos torneos de juegos tradicionales, copan la tarde. De cara al fin de semana los bailes continúan así como las atracciones infantiles, el desfile de carrozas previsto para el domingo a las siete de la tarde o la cena popular ese mismo día a las nueve y media. Poco antes de la actuación fin de fiesta a cargo del grupo flamenco Agüita Salá.

Las fiestas de verano de Arcenillas no responden a patronazgo alguno sino que llevan el nombre de La Tinaja, recordando una protesta agraria de hace casi 40 años con los pepinillos. Se remontan al año 1979, cuando los campesinos de este pueblo protestaban por el impago del pepinillo, y en son de protesta colocaron la verdura ensartada a modo de banderines para adornar el pueblo.