La abundancia de zarzales de unas dimensiones considerables, de maleza y de un herbario desmedido tiene preocupados a vecinos de Villardiegua de la Ribera. Denuncian el abandono y la falta de limpieza que existe y expresan su preocupación por las condiciones de combustible que supone esta vegetación en caso de que se origine un incendio. Ponen de manifiesto que las zarzas son visibles por todas las partes, en caminos y en las cercanías del pueblo con el peligro que representan en caso de fuego, además de dar una imagen lamentable del pueblo.

Vecinos de la localidad hacen referencia, entre otros, al llamado Camino de la Pizarra a Retanja, que lleva años sin limpiarse y además aparece cortado en su inicio por varios camiones de tierra apilada desde hace diez años. Por lo que respecta a la cañada del Bruñizal "no se sabe dónde está debido a los carrascos y escobas que la invaden".

Las zarzas cortan también la zona de las Charcas de la Sad y, según algunos residentes, esta vegetación impide acceder a tramos del camino rural. La cañada de Rita el Ciervo con el camino del Jaral está cortado por esta espinosa vegetación que crece sin control alguno. También se hace mención a la existencia de un camino semicortado por una zanja realizada para construir un paso canadiense que impide llega, en caso de incendio, a los medios de extinción terrestres a Villadepera y al embalse. La Ribera es un campo poblado de zarzas, fresnos y negrillos.

Los vecinos aluden a los incendios que saltan casi a diario por una y otra parte, y recuerdan la negra vivencia del año 2013.