El Mercado Medieval de Puebla de Sanabria abrió sus puertas de par en par para recibir a cientos de vendedores y artesanos y a miles de visitantes. Con todo casi preparado y mientras los artesanos ultimaban la colocación de puestos y mercancías arrancó la inauguración del mercado desde la Plaza Mayor, en descenso por la calle la Rúa, hasta las puertas de la Plaza del Arrabal. El pasacalles pilló prevenidos a los villanos y desprevenidos a los visitantes que comenzaban el ascenso al casco antiguo, más trasformado que nunca por la proliferación de adornos y banderas. Los operarios aprovechaban para esos últimos retoques, como tapar las señales de tráfico que desentonaban con el descuento de siglos. El pregón anunciaba la vuelta atrás en el tiempo y cumplir con las compras ante tanta variedad de trabajos de forja, cristal, ungüentos, cocina, bisutería, artes plásticas, telares, un sinfín de mercadurías. Los actores de La Fragua de Vulcano desplegaron el mejor repertorio para arrancar bailes, juegos y sonrisas.