Tras más de cuatro días en activo, los medios de extinción daban por controlado el incendio de Pino del Oro en la tarde del pasado martes. Pese a no estar extinguido por completo, la Junta de Castilla y León adelantaba ayer el perimetraje oficial de la superficie calcinada. Así, las llamas originadas en dos focos distintos arrasaron 710 hectáreas de arbolado (encina y rebollo), 1.491 hectáreas de matorral (jara, retama y monte bajo), 303 hectáreas de pasto y 559 hectáreas de superficie agrícola. En total, tal y como apuntaban las primeras hipótesis, más de 3.000 hectáreas. Por ello, dos agentes medioambientales, dos autobombas y tres cuadrillas de tierra continúan en la zona para evitar su reproducción. Además, según lamentaba el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora, Alberto Castro, la superficie quemada protegida aumenta hasta casi las 700 hectáreas. "Lo más sensible para nosotros es que se han afectado más de 684 hectáreas del espacio protegido del parque de los Arribes del Duero, una mala noticia por ser una especial zona de especial sensibilidad y valor ambiental", comentaba. De forma paralela, la provincia registró ayer otros dos fuegos en la capital y Santibáñez de Tera.