El escritor zamorano Manuel Álvarez Benavente ha presentado su última novela, que lleva por título "La chica de la estación", basada en "la inolvidable historia de una enamorada del tren".

En su tercer libro el autor, nacido en Vega de Tera, relata la vida de una joven que en su mocedad conoce de manera casual la estación del tren de la ciudad, momento en el que comienza su enorme fascinación por los trenes.

Es difícil no estar de acuerdo con el autor en su dedicatoria: "a las personas que sufren física o moralmente en el mundo, por culpa de los designios del destino, del comportamiento hipócrita y ciego de los poderosos, de la mala suerte?".

Antecedentes

La buena acogida de sus dos obras anteriores "El pozo del judío" -un libro histórico-costumbrista, que muestra las estampas de la Carballeda y Valles de Benavente con relatos están cargados de romanticismo y suspense- y "Los colores del alma", empujó a Manuel Álvarez a recordar "los trances de la vida" que traquetea como el tren entre el gozo y la tristeza.

En "La chica de la estación", el escritor invita al lector a reflexionar si realmente existe el destino, la suerte o el azar. Preguntas, en definitiva, antiguas como la existencia y la conciencia del hombre pero que hoy continúan en el centro de la reflexión.