Chany Sebastián

Ludi Domínguez Méndez nació en Nuez de Aliste y en plena adolescencia se vio obligada a emigrar. Tras diez años de trabajo regresó al pueblo y fundó su propia empresa. Hoy lidera la Escuela de Folclore "Manteos y Monteras".

- ¿Cómo fueron sus comienzos en tierras de Aliste?

-Difíciles. Muy duros. Soy la menor de cuatro hermanos y con solo siete años quedé huérfana de padre. Un duro golpe para mi madre que se quedó viuda y tenía cuatro bocas que alimentar.

- Usted quería estudiar pero la necesidad le convirtió en hija pródiga: en emigrante.

-Solamente pude ir a la escuela hasta los catorce años, en Nuez. A esa edad tuve que tomar la decisión de irme a trabajar a Madrid, primero en un bar-restaurante, luego en una tienda de muebles y más tarde como comercial de electrodomésticos, recorriendo semanalmente las comunidades autónomas de Castilla y León, Madrid y Castilla-La Mancha. Mi juventud, una de las etapas más felices para cualquier mujer, la pasé trabajando, aunque no me arrepiento, también fui feliz a mi manera.

- ¿Cuándo y cómo decide convertirse en empresaria?

-Con veinticuatro años, solo diez después de haberme ido del pueblo prematuramente. Me ayudó mi faceta de comercial. Decidí regresar a Nuez y allí monté mi fábrica de muebles de cocina y bricolaje. Ahora tengo una tienda en Alcañices. Para mí es una satisfacción trabajar y crear empleo en mi pueblo y en mi comarca.

- El folclore llego quizás un poco tarde a su vida, ¿o no?

-Nuez es un pueblo cuna del folclore donde han venido a aprender muchos grandes estudiosos y folcloristas. Los vecinos, como cualquier alistano, llevan el folclore entro. En 1997 los vecinos de Nuez representaron en el Teatro Ramos Carrión de Zamora la pastorada de Navidad y yo les acompañé pues entre ellos actuaba mi hija Marisol de solo dos años. Allí fue donde me enganchó.

- No obstante usted viene de familia de folcloristas.

-Sí. Mi madre María Méndez Román y otros familiares cantaban, bailaban y tocaban la pandereta y el tamboril. Así inicié mi aprendizaje en Aulas de Música de Aliste y Tras Os Montes de Trabazos y en las cocinas de los vecinos.

- ¿Qué tiene el folclore tradicional alistano que allí donde va cautiva a quien le conoce?

-Aliste y Tras Os Montes es uno de los últimos paraísos de la cultura tradicional, gracias a nuestros abuelos y abuelas, padres y madres, que han sabido cultivar y preservar su esencia más pura. Una indumentaria única, bella y colorida, de manteos y gabachas, monteras y capas pardas alistanas de honra y respeto. Gaitas y dulzainas animando fiestas y bodas, alboradas y rondas. El folclore popular alistano formó, forma y siempre deberá formar parte de nuestras vidas.

- Un folclore que a punto de morir resurgió de sus cenizas.

-Así es. En los años setenta y ochenta los trajes típicos dormían el sueño de los justos en los baúles y era difícil incluso encontrar gaiteros para fiestas y bodas. Los había y muy buenos, pero pocos para muchos pueblos. Gracias a la labor primero de Aulas de Música de Aliste y Tras Os Montes y luego de la escuela de Tierra de Tábara y a "Manteos y Monteras", ahora la música y el baile y el amor por la indumentaria se han logrado transmitir a las nuevas generaciones.