Fermoselle inició ayer la instalación en la Plaza Mayor de la villa de la histórica plaza de madera que será, hasta concluir los festejos de San Agustín, al final de agosto, la admiración de los turistas y el coso de grandes espectáculos taurinos, folclóricos y convivenciales.

El montaje sale adelante bajo las directrices de José Fernández "Tarabilla", que dirigirá al grupo de ayudantes y colaboradores necesarios para poner en su sitio al puzzle de piezas que conforman el bello ruedo taurino, dotado de talanqueras, asientos y portezuelas.

Día a día, durante unas dos semanas, avanzará la puesta en escena de una arquitectura que potencia el atractivo turístico de la capital de Arribes del Duero. Es un trabajo artesanal, realizado con las herramientas propias del abuelo y del desván. El objetivo es ensamblar con firmeza el conjunto de postes, traveseros, tablones, formas y demás elementos que conforman la plaza de madera, en muchos casos ajustando piezas con tornillos y tirafondos, con la bravura de los martillazos. Es una obra seguida con detalle por los propios fermosellanos asentados en los sempiternos bancos de granito dispuestos para asueto, el atisbo y la conversación en los laterales de la iglesia parroquial. Esta plaza, con piezas de negrillo, pino y encina, algunas con más de un siglo, será el valladar al que llegarán los toros que protagonicen los encierros fermosellanos tras un recorrido a prueba de valientes.