Los festejos taurinos de Fuentesaúco, organizados con motivo de las fiestas de La Visitación, patrona de la villa, tuvieron ayer tarde uno de los momentos estelares con el desarrollo de la novillada que contó, como protagonistas, Raúl Montero, de Salamanca; Juan Collado, de Nava del Rey; y el salmantino Manuel Diosleguarde.

Son los tres finalistas del Bolsín Taurino que este año mostró las cualidades de los aspirantes a maestros por diferentes plazas de la provincia de Zamora y que tuvieron en el coso de Fuentesaúco la oportunidad de demostrar su capacidad y valentía ante los astados.

El espectáculo taurino registró menos de un cuarto de entrada de aficionados que, como es habitual, ocuparon los asientos de sombra del tendido para evitar el rigor del sol.

Raúl Montero inició la sesión taurina con un animal que mostró su bravura y al que supo sacar diferentes pases que agradaron al público. Fue galardonada su faena con aplausos. Juan Collado tomó las riendas del segundo toro, un jabonero que se mostró como el mejor del lote y al que arrancó lo mejor de su temperamento. También fue premiado con aplausos. Al salmantino Manuel Diosleguarde le correspondió el tercer astado que se ofreció como el peor de todos los salidos al ruedo, con un comportamiento complicado que exigió al novillero mostrarse firme en todo momento no pudiendo eludir algunos golpetazos que llevaron la tensión al tendido. El novillero realizó una muerte extraordinaria que le valió la obtención de las dos orejas.

El cuarto Raúl cortó una oreja y cogió dos veces el toro, algún puntazo y dolorido.

De nuevo Raúl Montero trató de sacar el máximo juego al cuarto toro, que le cogió por dos veces asestándole algún puntazo sin más importancia que el dolor consiguiente. Su buen hacer le valió una oreja. Juan Collado ofreció en el quinto toro una escuela taurina decidida y valiente que también le sirvió para cortar una oreja.

Diosleguarde cerró la sesión de la tarde ante un sexto animal al que toreó bien, con una dotes que revelan el interés y la pasión del novillero, pero no acertó plenamente a la hora de matar. La faena fue premiada con una oreja. Este novillero fue el único que salió a hombros debido a la faena de la tarde.

Tras la sesión taurina de los novilleros el jurado será el encargado de conceder el Garbanzo de Oro al que mostró una mayor cualificación y maestría.

Los novillos estuvieron bien presentados y con un comportamiento que hizo gala a la bravura que se espera de su raza.