Nuestra Señora la Virgen de la Luz, protectora de la vista, cuyo santuario se ubica en la aldea portuguesa de Constantim, a pocos kilómetros de Moveros, sorprendió a propios y extraños al no presentarse a la concentración mariana de las "Siete Hermanas" de Alcañices. Aunque existen varias versiones la que está cobrando más fundamento es el alto valor económico de las vestimentas y joyas de la Virgen de la Luz, todas ellas de oro, y el miedo de los portugueses a que sin fuertes medidas de seguridad pudieran ser robadas o extraviadas. La Luz tiene miles de devotos en tierras de Aliste.