Eliseo Vega fue ayer el desafortunado ganadero de la localidad sayaguesa de Gáname que se encontró, a ir a ver al ganado a la majada, con una oveja muerta y medio comida en el interior de la cañiza.

Tras dar el oportuno parte del suceso a la Guardería Medioambiental, el profesional certificó que se trata del lobo al observar que la mordedura aparece en plenas gorjas de animal.

Este ataque lupino otro golpe más asestado al sector ganadero de Gáname a lo largo de los últimos días, y el segundo que afecta a Eliseo Vega, que la pasada semana perdió otras tres ovejas por la predación de los cánidos.

Vega afirma que "el modus operandi es el mismo de todos los días: llega, salta la cañiza, mata y marcha". Apunta que la solución al problema del predador "la tiene que buscar la Administración, pero está clara: y es que el lobo no aparezca porque no puede convivir con el ganado manejado en extensivo".

"No mira matrícula"

"No mira matrícula"Queda el ganadero un tanto sorprendido de que las ovejas no salgan de las cañizas ante el ataque, lo que le lleva a pensar también en perros. En el caso de ayer el cánido llenó el estómago dando cuenta de algo más que una paletilla de la infeliz muerta. Se trata en esta ocasión de una oveja de raza churra pero, según afirma Eliseo Vega, "el lobo no mira la matrícula de la ovejas y lo mismo le da que sea churra, que castellana que assaf; y lo mismo le da que sea de leche que de carne".

Este ataque sigue al sufrido por el ganadero Nazario Vega en un animal al que trata de mantener con vida y recuperar a base de penicilina y medicamento. Los ganaderos creen que el lobo se refugia en la dehesa de La Albañeza.