La Raya de España (Zamora) y Portugal (Tras Os Montes y Alto Douro) despidió la primavera y recibió el verano con un incendio forestal en la noche del martes, que sembró el pánico en tierras trasmontanas y alistanas mientras el país vecino vive aún sumido en la tragedia de Pedrograo GrandePedrograo Grande. El fuego que quedó controlado durante el miércoles volvió a reavivarse a lo largo del día de ayer, con lo que volvió la intranquilidad a la zona, también a los pueblos de los Arribes zamoranos.

Las críticas se han extendido en Portugal por los recortes del Gobierno de la República suprimiendo en los últimos años los guardas de floresta y las cuadrillas de zapadores, así lo reconocen los propios portugueses: "Nos han dejado en mano de Dios y de los españoles" conscientes de que por si solos lo tienen difícil para atajar los fuegos: "No va a ser una tarea fácil. Quizás, seguro, será imposible".

El martes el "paraíso maravilloso" del padre Mourinho, amenazó con convertirse en un infierno: hacer de los paisajes de ensueño un camposanto de recuerdos y cenizas. Cuando la primavera agonizaba, una tormenta seca dejaba alrededor de 35 rayos en la Raya. Uno de ellos fue el causante del fuego en tierras del Concelho de Miranda do Douro.

La intempestiva hora dificultó la actuación, no obstante tras el reciente incendio de Petisqueira y Riomanzanas. Medio Ambiente mantuvo en el lado español de guardia un retén con: cuadrilla contra incendios y un agente medioambiental.

Los medios lusos, bomberos voluntarios de Miranda do Douro y Sendim intensificaron su labor pero fueron incapaces de frenar el avance de las llamas que a las 5 de la madrugada rodeaban el pueblo de Aldeia Nova próximo a Paradela e Ifanez en Portugal y Castro y Brandilanes en España. La situación de alto riesgo llevó a las autoridades lusas a ordenar la evacuación y evacuar la aldea.

La situación de emergencia internacional llevó al amanecer, con las primeras luces del día, a entrar en acción los medios aéreos de España con tres helicópteros: dos de Zamora y uno de Salamanca, más dos agentes medioambientales y cuatro cuadrillas. Por Portugal, cuatro camiones de bomberos de los parques de Miranda y Sendim. Los "bombeiros" lusos estaban ya extenuados por el esfuerzo, toda la noche sin descansar, sin relevos. muchos de sus compañeros están en los grandes incendios del centro de Portugal como el de Pedrogao Grande.

Sobre las 5 de la tarde y tras más de 16 horas de agotadora labor los efectivos lusos y españoles dieron por sofocado el fuego.

Sin embargo, durante el día de ayer el fuego volvió a reavivarse y volvieron a movilizarse los efectivos . A Castro y Brandilanes volvió la intranquilidad. Hasta ayer se habían quemado 20 hectáreas y la zona más difícil de apagar fue el área de los Arribes del Duero donde los efectivos humanos a duras penas podían mantenerse en pie, al ser muy escarpados, recurriéndose a los helicópteros.