"Esta era la red social por excelencia de los pueblos", comentaban el pasado fin de semana las mujeres de Venialbo que, imitando a sus madres y abuelas, se colocaron el mandil, se subieron el barreño a la cabeza y se dirigieron a los lavaderos municipales para hacer la colada. Jabón de panal, maña y mucha paciencia para frotar la suciedad son los requisitos necesarios para lavar la ropa al estilo tradicional.

En total fueron 28 las vecinas que volvieron a dar utilidad a los lavaderos de Venialbo reunidas por la fotógrafa María José Camba, una hija de la localidad que se ha propuesto inmortalizar todas las tradiciones de su pueblo y los acontecimientos más importantes del año. Estuvo acompañada de su colega de profesión, Roberto Atienza.

Aunque "es innegable" que la lavadora" supone una gran comodidad", para las lavanderas de Venialbo mereció la pena el esfuerzo de volver al estilo tradicional aunque solo fuera por un día. Tal y como se hacía antaño en estos lugares, las mujeres disfrutaron hablando con la vecina, intercambiando impresiones sobre los últimos acontecimientos del pueblo y, sobre todo, se rieron mucho. Demostraron que los lavaderos son una red social mucho más interactiva que Facebook, Instagram y Twitter juntas.

Con sus reportajes fotográficos María José Camba está demostrando que Venialbo tiene mucho que ofrecer más allá del Baile del Niño o los encierros de agosto -partes imprescindibles de la vida cultural del pueblo- recogiendo todo tipo de escenas costumbristas que condensan la belleza y la singularidad de esta localidad de la Tierra del Vino y de sus gentes.

La localidad cuenta con unos lavaderos muy bien conservados, cuyo edificio ha sido restaurado en los últimos años a iniciativa del Ayuntamiento que preside Jesús Vara Colinos. Estas instalaciones y las praderas cercanas donde las lavanderas tendieron a secar las prendas limpias, fueron el escenario en el que las mujeres pasaron una tarde diferente llena de recuerdos de sus infancias, de buena convivencia vecinal y en la que tampoco faltó una suculenta merienda para celebrar el encuentro.