Una virulenta tormenta de viento y granizo provocó a última hora de la tarde del martes daños importantes y cuantiosos en viviendas, naves y arbolado en Santa Eulalia del Río Negro.

La tormenta se desencadenó poco antes de las ocho de la noche y llegó acompañada de un fuerte vendaval que levantó tejas prácticamente en todas las viviendas, arrancó algún tejado de chapa y, además, provocó la caída de medio centenar de árboles de porte grueso, algunos incluso arrancados de raíz, y frutales.

La tormenta no se prolongó más allá de 10 minutos pero los daños fueron importantes y dejó sin luz a los pueblos de Santa Eulalia, Peque y el Empalme hasta cerca de la una de la mañana, como informó el alcalde José Colino.

Ríos en las calles

El agua alcanzó en las calles del pueblo casi medio metro de altura en el momento de mayor intensidad.

Los daños más importantes se registraron en una nave ganadera donde arrancó los cerramientos laterales dos paredes de unos 10 metros de largo por 6 de ancho, desplazó a 300 metros de distancia la uralita de la nave.

En el paraje del Reguero, de Los Valles, arrancó prácticamente toda una chopera de unos 30 ejemplares de unos 30 metros, algunos ejemplares arrancados de raíz.

Prácticamente todas las persianas del pueblo quedaron agujereadas por el granizo. Los árboles de las Eras, lugar de reunión y fiestas, también fueron derribados.

"Lo más importante es que no le haya pasada nada a nadie", declaraba el alcalde, ya que algunos árboles como pinos y frutales plantados en las inmediaciones de las casas también cayeron aunque por fortuna sin herir a nadie ni caer encima de las casas "un milagro" en palabras del alcalde.

De momento se han cortado los árboles que dificultaban el paso en caminos, y por el momento no se valora realizar gestiones para declarar la zona catastrófica. Los vecinos más mayores no recuerdan una tormenta como ésta, con tintes huracanados, que ha dejado un paisaje desolador.