José Luis Domínguez, natural de Madridanos y religioso del Sagrado Corazón de Jesús oficiaba ayer la misa de la fiesta de su pueblo, aprovechando las vacaciones que tiene antes de regresar a la misión de Ecuador donde se encarga desde hace 16 años de la formación de religiosos, a la par que tutoriza el programa destinado a reparar las desavenencias derivadas de los conflictos matrimoniales. Un programa "francés, que se llama Retrouvaille, reconocido por sus buenos resultados y que ayuda recuperar las relaciones de las parejas".

-En los 16 años que lleva en Ecuador. ¿Qué similitudes ha encontrado entre la población de aquí y donde trabaja?

-Pues bastantes, sobre todo en cómo se celebra la festividad. Allí también existe una gran devoción mariana y se vive la fiesta a como se hace aquí, como el encuentro de familiares y amigos.

-¿Qué le mueve a desplazarse a Ecuador cuando toma los hábitos?

-Sin duda fue una decisión propia y lo que realmente me mueve es el amor a Jesucristo y su evangelio desde su mensaje central, el amor a los pobres.

-Desde 2001 que llega usted a Ecuador. ¿Ha notado que muchos ecuatorianos retornan a su país?

-Así es, cada día más personas regresan a su país debido a la crisis económica que ha habido en España.

-¿Y cómo es la vuelta, ven cambiado el país?

-Mucho. Ecuador ha cambiado considerablemente durante los últimos años. Ha progresado y de manera especial se ha invertido en infraestructuras y se ha vertebrado el país.

-Dentro de los hermanos reparadores de León Dehon, los dehonianos, ¿cuál es su trabajo?

-Ahora mismo estoy como superior de las misiones en Ecuador, acompañando la formación de religiosos y también estoy implicado en la terapia familiar trabajando con matrimonios en conflicto.

-Ha oficiado la misa junto a otros tres sacerdotes, de la fiesta de la patrona de la comarca. ¿Qué significa para usted?

-Mucha ilusión, porque no siempre puedo hacerlo. Yo creo que hace aproximadamente cuatro años que también oficié y ahora como estoy de vacaciones hasta el 15 de junio me gusta participar activamente de la religiosidad de la fiesta.