La inquietud se adueña de los vecinos de Olmo de la Guareña, la pequeña pedanía de Vallesa donde ya se habían olvidado de la batalla del agua que en los años 90 les mantuvo tres años con abastecimiento de garrafas por culpa del arsénico. La planta se construyó y ahora es una avería en la red la que trae de cabeza al pueblo y también al Ayuntamiento de Vallesa de la Guareña, que se defiende afirmando que "no se ha abandonado el problema, desde el principio nos pusimos a trabajar para solucionarlo".

Pero lo cierto es que han pasado tres semanas desde que se declaró la avería y tan complicada parece que se ha tardado días en localizarla y aún no se ha reparado y normalizado el servicio. La rotura impide el normal suministro de agua en las viviendas, cuyo habitantes sufren cortes intermitentes, cuando no falta de presión y un chorro tan pequeño que "no se pueden poner ni las lavadoras; en la parte más alta del pueblo sale una gota".

El vecindario soporta estoicamente una situación que "no es justa; por si era poco el abandono del pueblo ahora nos encontramos con una fuga que no se sabe dónde es" apuntan fuentes vecinales.

Unas críticas que no han sentado bien en el Ayuntamiento de Vallesa de la Guareña, desde donde se asegura que en todo este tiempo "se ha estado investigando de dónde venía la avería. Las cosas llevan un tiempo y con mucho esfuerzo se ha conseguido adivinar dónde está, había dudas de si podía ser en el sondeo y ya se está arreglando" apuntaban ayer a este diario.

"Ha habido que picar la calle y llamar a una empresa especializada, han sido un montón de preocupaciones" se defienden desde la institución local, mientras en Olmo hay quien se sorprende de que los operarios "no trabajen por la tarde; no se trata de cualquier cosa, estamos hablando del suministro de agua y si ya lo están arreglando lo normal es que intenten acabar cuanto antes".

Otra queja de los vecinos pasa por la "falta de información; podían haber reunido al pueblo para un tema tan importante, igual que se preocuparon de hacerlo para pedir dinero para instalar un aparato porque no se veía la televisión o para los nuevos nombres de las calles. La avería del agua es tanto o más importante que todo eso".

En Olmo muchas veces se tiene esa sensación de abandono que acompaña a las pedanías y anejos de los municipios de cabecera. Las mismas fuentes vecinales apuntan que "solo hay que echar un vistazo al pueblo y comprobar la situación en la que se encuentra". El hecho de que no haya niños a diario viviendo en el pueblo "no quiere decir que se eche a perder" el parque infantil. "Parece un muladar, con un chopo por el suelo y todo lleno de maleza". Parecido a los jardines de la plaza, donde la sensación de desidia es total "porque nunca se limpia; se han desprendido los pivotes y nadie hace nada".

Lo cierto es que Olmo de la Guareña, que tiene como joya monumental la iglesia mudéjar de San Andrés Apóstol (declarada Bien de Interés Cultural), reclama una atención de igual a igual "porque pagamos nuestros impuestos como los demás".