La devoción a La Riberinha tiene sus origen, según la tradición y la historia pasada de padres a hijos y de abuelos a nietos, en un hecho acaecido en una de las laderas cercanas al río Manzanas. De ahí su "Virgen de la Ribera". Donde ahora se sitúa el santuario mariano se encontraba una pastorcilla de corta edad de Quintanilha cuidando el rebaño de ovejas de su familia. Era muda de nacimiento, allí se le apareció la Virgen María y la niña recobró la voz regresando a Quintanilha donde ella misma contó el milagro.