Elvira Sánchez Sánchez, arqueóloga y gestora de patrimonio cultural por la Universidad de Salamanca, documentó en 2010 el yacimiento arqueológico del Juncal en Villaralbo. Castillos, puentes, Vía de la Plata, "muchos de nuestros restos patrimoniales se pueden contemplar. Sin embargo el problema que estamos teniendo con los yacimientos como los de la Edad del Bronce o épocas prehistóricas es la fosilización del terreno por la erosión o el abandono de las tierras, lo que hace difícil la ubicación de los mismos".

Es una de las ideas expuestas por la arqueóloga y gestora de patrimonio cultural por la Universidad de Salamanca Elvira Sánchez Sánchez, quien resaltaba en Villaralbo la importancia de El Juncal, un yacimiento de la Edad del Bronce donde hace años se hicieron prospecciones, en las que se encontraron varios hoyos en una zona ubicada donde están las graveras y con una superficie de aproximadamente nueve mil metros cuadrados. Curiosamente la arena del emplazamiento ha servido para la construcción del AVE.

-¿De cuando data el yacimiento arqueológico de Villaralbo?

-El Juncal es un yacimiento de los más interesantes de la provincia de Zamora, en el que se han documentado elementos importantes de la Edad de Bronce y en el que se actuó por última vez en 2010, aprovechando la extracción de tierra que se hizo para las obras del AVE. Es el más antiguo de la provincia de Zamora, junto con el del El Alba y Valcuevo, emplazados también muy próximos a la ribera del río Duero

-¿Cómo se llega a descubrir?

-Esto es un encargo por parte de una empresa familiar de extracción de áridos, Ellos tenían este terreno y querían explotarlo y necesitaban en permiso de patrimonio para que un arqueólogo verifique la existencia o no de restos en la zona. Se me encarga la excavación en 2010, aunque previamente en otras parcelas cercanas ya se había intervenido por otros compañeros en 2003 y 2006.

-¿Que aporta la intervención?

-De momento, en las tres excavaciones realizadas hasta el momento en este yacimiento han aparecido campos de hoyos, que pueden ser silos, basureros o huecos de postes de cabañas. Son estructuras muy difíciles de conservar. Son las formas más rudimentarias que se empleaban por ejemplo también para guardar los alimentos. Estos campos de hoyos se identifican con poblaciones nómadas de transición, que van de un sitio a otro.

-¿En caso de que se encuentren hallazgos significativos se impide llevar a cabo la actividad, como por ejemplo la extracción de áridos?

-El trabajo del arqueólogo se desarrolla en base a un permiso que tiene que conceder Patrimonio de la Junta de Castilla y León. Cuando se encuentran restos hay que hacer una valoración para ver si se conservan y documentan. El informe es muy importante. Una vez documentados todos los hallazgos es cuando se puede continuar la actividad.

-¿El Juncal está documentado?

-El trabajo fue documentado en un artículo publicado por el Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo y está colgado en la página web del Ayuntamiento. Mi objetivo fundamental es dar a conocer el trabajo de arqueólogo y concienciar a la gente de lo que tienen, además de poder transmitirlo a futuras generaciones. Los villaralbinos tienen un yacimiento importante, aunque no lo saben porque no está a la vista.

-¿Toda la riqueza que tiene de patrimonio arqueológico Zamora y Castilla y León puede ser un revulsivo a la hora de promocionar el turismo?

-Esa es precisamente nuestra base de futuro. Siempre he dicho que son nuestras fábricas, nuestros castillos. Todo eso es lo que realmente tenemos a la vista y lo que tenemos que proteger. Lo que hay que impulsar es la conservación y potenciar el atractivo turístico que eso supone. Desde la Junta de Castilla y León se está haciendo una labor muy importante y sí se está invirtiendo, pero es un trabajo lento.

-¿Precisamente debido a la abundancia de yacimientos y restos arqueológicos se produce la expoliación?

-Con los datos que se cotejaron hace tres años y de lo que yo conozco es Ávila la provincia que se encuentra a la cabeza en expolios, con el tema de los detectores de metales. En segundo lugar estaba Salamanca, mientras la provincia de Zamora se encontraba más bien a la cola porque hay vigilancia, se cuida mucho, y eso influye en la seguridad. La clave de la arqueología es que tenemos que ser sensibles y reconocer el patrimonio histórico que tenemos y el mayor enemigo sin duda es el robo, el fraude. Nuestras manos y nuestros pies es el Seprona de la Guardia Civil, pero aún así hay mucho campo.