El Ayuntamiento de Morales del Vino decidió rectificar su postura y trasladar la macrofiesta prevista para el Viernes de Dolores, en la pradera del Bendito Cristo, al pabellón municipal. Así lo se lo comunicó ayer el teniente de Alcalde Deniel de Mena a un colectivo de unas treinta personas concentradas ante Consistorio para expresar su rechazo al emplazamiento elegido, y exigir un cambio.

"Para que vean que este Ayuntamiento escucha a los vecinos, hemos rectificado y decidido que la fiesta se organice en el pabellón municipal" expresó sin preámbulos a los congregados el responsable municipal e integrante del Equipo de Gobierno local. Una decisión que fue acogida con aplausos por la mayoría.

"Es cosa del sentimiento del pueblo, que no nos gusta que en la pradera del Bendito Cristo se haga una macrofiesta. Ni es el sitio ni es el día. En la ermita del Cristo no se hacen esas fiestas" expresa Ángela Barrios, la promotora de la iniciativa. Señala que decidió plantar cara al festejo en la pradera del Cristo "el domingo por la tarde, cuando me enteré en una peregrinación que hice a la catedral de Zamora. Entonces me dije que esto no puede seguir adelante y que deberíamos hacer algo. Lo comentamos con otras personas y decidimos recoger firmas y manifestarnos ante el Ayuntamiento. Hemos recogido 260 en cuestión de dos semanas". Una de las asistentes subraya que "en la pradera del Cristo hay árboles nuevos y los van a destrozar porque tengo una nieta, de 25 años, que ha ido a Salamanca a fiestas de este tipo, y la zona queda como un basurero: porquerías, cacas, pises?. De todo".

De Mena explicó que el festejo se autoriza con los pertinentes requisitos a cumplir por parte de la empresa promotora, Katan Music. Se ha exigido un seguro de responsabilidad civil "acorde a la actividad y a las personas participantes", que se cifra en unos 3.000 pero con inclinación a que en realidad sean la mitad. El Ayuntamiento también ha exigido "una fianza de 500 euros" para hacer frente a desperfectos en caso de haberlos, una memoria sobre el evento, una vigilancia de seguridad compuesto por unos diez vigilantes y media docena de controladores y 2.000 euros por la organización de la fiesta.

El cambio también lo justificó el teniente de alcalde en el temor a una posible afección a la plantación de árboles que realizó la presente corporación en la pradera del Cristo.

La concentración estuvo en todo momento supervisada por una pareja de la Guardia Civil. La armonía reinante quedó rota por la intervención del anterior alguacil que, en una actitud elevada de tono y casi crispado recriminó a los actuales corporativos su compostura, especialmente contra el concejal Fernando Castaño. Allí llegó a mencionarse un "reto con pistola". Los propios concentrados llamaban al orden al anterior alguacil y la propia guardia civil aplacó el clima alejando prudentemente de la escena al más encendido interviniente.