La primera jornada de apertura de la pesca en los ríos trucheros de la comarca se desarrolló son poca captura y condiciones climáticas desapacibles, aunque siempre hay alguno que regresa a casa satisfecho con sus logros o su excelente ejemplar.

No hubo lluvia, pero sí mucho viento y aguas frías en el curso del río Tera. Las truchas se quedaron a buen resguardo prácticamente toda la mañana. A primera hora del día todavía picaba alguna de talla más bien pequeña, como explicaban los pescadores en la aguas de régimen especial (ARE) de Cernadilla, en la cola del embalse en el término de Puebla.

Desde Salamanca se acercó hasta el Tera uno de los pescadores incondicionales, Nacho Cuervo, resaltaba la escasa suerte aunque "a primera hora de la mañana sí han entrado". Cuarenta años lleva este salmantino que se considera Zamorano desde que curso estudios en tierras zamoranas. Los ribereños tienen ventaja a la hora de tirar certeramente el anzuelo. La normativa de pesca despierta un unánime desacuerdo entre los pescadores, como Nacho Cuervo.

Aguas abajo probaba suerte otro de los sanabreses conocedores del río José Luis Sánchez Vega con alguna trucha pero pequeña. El agua muy fría y mucho caudal para este arranque de la temporada. Con los pescadores vadeando el río y las condiciones ya es difícil pescar. Muchos pescadores ribereños, sobre todo los más mayores, no aparecen casi por el río "ni han sacado los permisos" ante una normativa farragosa "y que tienes que mirar en internet y llamar para pedir permiso".

En la ARE de Puebla están autorizados 120 permisos, pero hay otros donde se limita a 5 "demasiado pocos". Más madrugador, su compañero Fran Ballesteros Vega, llegó a las ocho y media al río y tuvo dos picadas a primera hora. Es difícil conseguir lugar en las ARES porque se reserva con mucha antelación y "al principio de temporada todavía puedes, pero más adelante olvídate", señala uno de los ribereños.

Algún pescador se acerca hasta el coche para ponerse unos guantes y seguir con la caña en la mano. La meluca, la gusarapa, la lombriz, el coco? calienta el debate sobre la normativa de este año que no permite el uso de lombriz los fines de semana, pero se permiten otros que prácticamente son lo mismo.

Hugo y Marco Bragado son de los pocos niños que se acercaron al río para tantear la suerte en las aguas y , en palabras mayores, divertirse disfrutando de la naturaleza. Entre risas cuentan las capturas "dos peces piedras". Juan Bragado, el padre de Hugo y tío de Marcos, está atento a la práctica de los dos niños que pescan desde hace 4 y 3 años respectivamente. Marco alecciona sobre el contenido de la caja donde lleva los sedales, de todos los tamaños y colores.

El padre de Marco no pudo sacar permiso para la ARE de Puebla y ayer comenzó la jornada pescando en el Lago. La familia, de Villaralbo, pasa cuatro meses en Sanabria entre fines de semana de pesca y rutas por la comarca. Marco se acordaba de la trucha que sacó el año pasado en Agavanzal. Entre risas tienen un nuevo "pez roca" y un "pez rama". El aprendizaje corre a cuenta de los mayores.

Aguas arriba en el Lago de Sanabria, donde ayer se dieron cita un puñado de pescadores, la jornada desapacible invitó a levantar el aparejo pronto. En Ribadelago Viejo el tiempo, de aguanieve a primera hora del amanecer, retrajo a los propios vecinos de ir a pasar frío al río. Algún pescador ni se había enterado que la veda se levantó ayer, sino que esperaba al domingo. El viento y el frío, junto con una normativa que confunde y lía a más de uno, contribuyeron a "dejarlo para mañana". Pero hubo alguno que, con paciencia y pericia, disfrutó de la captura de algún ejemplar de fotografía.