El Centro de Estudios Benaventanos "Ledo del Pozo" es una de las entidades organizadoras del "coloquio internacional", en definición de Fernando Regueras, que el 31 de marzo y 1 de abril reunirá en Tábara a lo más granado del mundo de los códices medievales. Todo un logro para un entidad que desde los años 90 lleva estudiando, colaborando y reivindicando la relevancia histórica del Scriptorium de Tábara y su aportación a la cultura del medievo.

-Las jornadas de Tábara suponen, sino el culmen, al menos un espaldarazo importante a la andadura iniciada hace más de veinte años reivindicando la aportación del Scriptorium al desarrollo de la miniatura altomedieval.

-El culmen sería que al final ese reconocimiento se acompañara del gran centro de interpretación tan merecido en Tábara, que tuviese una subvención de verdad y que la Junta y todas las instituciones por fin se implicasen y entendiese que esto no es un museo más.

-¿Qué méritos acompañan tan firme defensa de ese legado histórico en Tábara?

-Es el lugar donde se escribieron y se iluminaron los códices -los manuscritos conocidos como Beatos- más importantes del siglo X en la península ibérica, como mínimo. Donde se hizo una auténtica revolución en las miniaturas de esa época: es la revolución de los Beatos. Se da un salto que va a ser definitivo para todo lo que es la tradición pictórica posterior. Se que no hay ni una referencia directa a lo que es el Scriptorium de Tábara en la iglesia de Santa María, pero lo que está clarísimo es que tenemos una torre cuya parte inferior probablemente esté reabsorbiendo la torre que pinta Emeterius en el Beato de Tábara. Tenemos un montón de restos, un sarcófago del siglo VI donde probablemente se enterró a Magius, el gran pintor de Tábara. El colofón del Beato de Tábara dice que fue enterrado en un sarcófago y éstas son piezas absolutamente excepcionales, por lo que es probable que sea el sitio donde estuvieron los restos de Magius. Todo esto tiene un interés que trasciende a Tábara, a Zamora y a Castilla y León.

-Pero tuvo que llegar un norteamericano, John Williams, para que se empezara a valorar este lugar y su trascendencia.

-Hasta tal punto Williams se fue implicando en los últimos años que quiso que sus cenizas reposaran en la iglesia de Santa María. No solo es un respeto intelectual por el sitio, sino que dejó dicho que sus restos tenían que estar en el Scriptorium que él tanto había defendido.

-Hablamos del experto en códices más importante del mundo.

-John Williams es un medievalista al que siempre le interesaron las cosas de España. Orientó su trayectoria intelectual hacia el románico y las miniaturas, especialmente hacia los Beatos. Y publicó el "Corpus de los Beatos", la obra de referencia compuesta de cinco tomos que salieron a lo largo de los años 90. El sábado hay una intervención sobre visiones del final de la Edad Media en España, la última obra de Williams por su última discípula, Therese Martin. Williams murió hace dos años y dejó prácticamente terminada una obra que es la puesta al día de esos cinco tomos del "Corpus de los Beatos", donde están todos los recogidos.

-Incluido el Beato de Tábara, que Williams consideró como una de las joyas pictóricas; llegó a calificar a Magius como el Picasso del siglo X.

-Sí. El CEB "Ledo del Pozo" editó el libro "El Scriptorium de Tábara, cuna del renacimiento de los Beatos" en colaboración con el Ayuntamiento de Tábara, donde Williams ya defiende claramente la importancia de los Beatos relacionados con Tábara. Incluso defiende que probablemente el Beato Morgan, que está en Nueva York, no se hizo para San Miguel de Escalada sino para San Miguel de Moreruela, muy cerca de Tábara, donde a finales del siglo IX se fundó otro monasterio.

-Con tales mimbres históricas parece incuestionable que Tábara merezca ese museo que hasta ahora tanto se resiste, a pesar del gran éxito de la exposición en la iglesia de Santa María.

-La verdad es que se implicó todo el pueblo, fue inolvidable y tuvo un éxito extraordinario. 13.000 personas y en Tábara, que hay que ir hasta allí, y hace casi 18 años. Se vendieron 850 catálogos. Tiempo después, cuando Williams lo vio, quedó sorprendido de que se hubiera hecho todo eso.

-De aquello al menos quedó una pequeña representación abierta al público.

-La exposición se cerró en septiembre de 2001 y se ha mantenido parcialmente a lo largo de todos estos años. Era visitable pero cada vez ha ido degradándose más; se hizo una especie de proyecto museológico, hubo propuestas de distintas empresas para un Museo de los Beatos. Eran los tiempos de la burbuja. Finalmente conseguimos hace unos años que se pudiesen comprar algunos facsímiles y el alcalde logró un dinero para una pequeña remodelación, hasta que en 2015 se inauguró un centro que es manifiestamente mejorable en muchas cosas.

-La una intervención arqueológica tampoco pudo ser.

-Se intentó que se excavase aquello. Porque si en tres metros cuadrados, que es lo que está delante del arco, aparecieron un montón de piezas, es de suponer que en el resto de la iglesia estén desperdigadas muchas más. La Junta, que no tenía muchas ganas de implicarse, envió un georradar, se hizo una prospección pero dijeron que no salía nada específico y quedó todo en agua de borrajas de nuevo. Aquello necesita claramente una intervención.

-¿Confía en que las jornadas de este fin de semana pueden ser serán un impulso a todos estos intentos frustrados?

-Creo que por primera vez una institución nacional como es el Archivo Histórico Nacional (AHN), con participación también de Portugal, demuestra un reconocimiento de que esto es importante, de que no es un sitio de tres al cuarto.

-Llama la atención que mientras aquí las instituciones miraban para otro lado, las máximas instancias culturales hayan elevado a lo más alto al Beato de Tábara; el AHN, la Unesco inscribiéndolo en el Registro de la Memoria del Mundo...

-No solo eso, se recupera también un premio de investigación que se llama "Torre de Tábara", el Archivo Histórico elige el Scriptorium como pieza del mes y se convierte en el logo de esta institución nacional porque es una especie de joya de la corona para ellos. También el reconocimiento de la Unesco y hasta un sobrino de Paco de Lucía, Leo de Aurora, crea una composición musical de guitarra en honor al Beato.

-Por no hablar de la inspiración de la torre para Umberto Eco y su magnífico libro "El nombre de la rosa".

-No se si Eco estuvo alguna vez en Tábara pero esa imagen de la biblioteca que aparece en la película, con escaleras muy angostas, si uno se pone ahora debajo de la torre, tiene esa especie de contextura y en la biblioteca salen dos veces imágenes de beatos. Eco escribió además un libro sobre los beatos y el laberinto es algo fascinante. En fin, todo esto invita a que cualquier político mínimamente sensible entienda la dimensión. Teniendo en cuenta además que es una zona deprimida y que los políticos no hacen más que hablar de fijar la población rural, pues aquí tienen una clara posibilidad de hacer algo para que venga gente y se creen puestos de trabajo.

-Y el sábado se vivirá ese momento único de poder contemplar el Beato de Tábara original.

-En este mundo tan virtual, de simulacros, tener la posibilidad de ver por un día el original en el sitio donde se hizo hace más de mil años creo tiene algo de morbo, incluso de excitante. Desde "Ledo del Pozo" hemos sacado un folletito con la historia del códice para que le gente se lleve un recuerdo de esta visita histórica a Tábara.