El lobo es un animal que causa impresión siempre que aparece en escena, y máxime cuando hace acto de presencia por medio de una gran vía de comunicación con un importante tráfico rodado en su calzada.

Es la sorpresa que tuvieron los conductores que el pasado jueves circulaban por la nacional 525 a la altura del kilómetro 85, en el término local de Castro de Sanabria, en el municipio de Cobreros. El legendario predador no se mató por salir huyendo de la calzada, que hizo sin prisa alguna, pero inició otra carrera por las redes sociales del país, que no ha parado en cinco días.

Lo inusual del caso es que el animal permaneció unos minutos en la carretera hasta que regresó por el mismo camino, permitiendo a los conductores retratar el momento con sus teléfonos móviles. El cánido, durante su andanza por la carretera, obligó a parar al menos a cuatro vehículos, uno de ellos el de San Román y otro el de la Patrulla de la Guardia Civil.

Uno de los autores de una de las fotos que han dado juego a los ojos de gran número de personas, Enrique San Román, vecino de Rosinos de la Requejada y constructor, contaba con cierto entusiasmo que esa mañana, sobre las once, circulaba por la carretera en dirección a Requejo, cuando el animal irrumpió en la carretera. El lobo salió de la zona de los prados, próximo al río Castro, contra el término de Puebla, para permanecer unos minutos en la carretera, a la altura del almacén de construcción de Barrios, pegado al camino de Castro. Luego optó por darse la vuelta y regresar en la misma dirección, posiblemente buscando salir del escenario tan inapropiado que había elegido.

La zona es un paso habitual de fauna y de accidentes o sustos con la fauna, como bien conocen los mecánicos del taller cercano al lugar, por el número de vehículos que requieren sus servicios.

Enrique aprovechó la oportunidad que le concedió el predador y tomó varias fotos, aunque solo hizo pública una de ellas en las redes, donde no se veía a los guardias. Incluso los agentes, ante la incidencia, que obligó a parar los vehículos, inmortalizaron el momento en varias instantáneas.

San Román reconoció que a sus 60 años "me sorprendió" que un lobo se dejara ver en la carretera de esa manera, sin la típica actitud huidiza para eludir la presencia de coches y personas, "casi al lado de los guardias. Eso no es normal. Lo vi muy raro".

Este carballés afirma que de niño pastoreó con animales y el lobo nunca se acercaba a las personas y, además, siempre se mantenía distante. "Los animales -no solo el lobo- se están habituando cada vez más al hombre" expresa.

Este vecino alberga dudas sobre la pureza de ese animal, ya que ni su pelaje ni su actitud casan con las vivencias de los sanabreses con una especie tan interiorizada por los encuentros y desencuentros habidos con la especie a lo largo de la historia.

El motivo por el que el animal llegó a la carretera es una incógnita. Se dan especulaciones de si que descendiera de zonas altas de la sierra forzado por una climatología adversa ya que fueron unas fechas de nevadas. Otros sostienen que quizá fuera siguiendo el rastro de una presa, e incluso que se trata de un ejemplar viejo y solitario.

El único hecho objetivo y constatado por las fotos es que el lobo permaneció un rato más que fotogénico en la carretera nacional 525, que no es una vía menor, sino una nacional. Además, lo inusual de este caso es que varias personas tuvieron la oportunidad de captar el momento, que no es fácil.

El constructor de Rosinos de la Requejada recorre casi todos los días la ruta de Doney de la Requejada a Santiago de la Requejada. Según afirma "todas las mañanas le sorprende un lobo cruzando, casi mejor decir que te sorprende él a ti".

También se pone de manifiesto, en cuanto a la presencia del lobo en la nacional 525 en el tramo de Castro de Sanabria, que es un lugar donde existe vías de acceso y de salida por las que perfectamente puede adentrarse un animal salvaje que se mueve con soltura por el campo.

El animal se muestra en medio de la carretera como cohibido, como si fuera consciente de que pisaba un terreno nada aconsejable. Pero los tiempos han cambiado y, en esta ocasión, siguió su vida ante el respeto de todos los presentes, que rápidamente difundieron la visión y la imagen de un ejemplar que simboliza el espíritu de los verdaderamente salvaje.