La presa de Almendra, que impresiona a turistas, hidráulicos e ingenieros del sector hidroeléctrico por sus magnas dimensiones y la conjunción de tipologías, despierta la creatividad de los fotógrafos profesionales nada más verla. Especialmente si tienen la suerte de situarse en la base, aguas abajo del muro, y mirar la mole y su formato como lo que es: algo faraónico y gigante.

El fotógrafo radicado en Alpedrete (Madrid), Javier Sánchez Martínez, ha conseguido una imagen de este soberbio dique que le ha valido el primer premio de fotografía "La Mecánica de Rocas Española", organizado por la Sociedad Española de Mecánica de Rocas (SEMR) dentro de las actividades del 50 Aniversario de su Fundación.

El fallo se hizo público el pasado miércoles. Se impuso en un concurso en el que participaron más de una veintena de fotógrafos, que presentaron más de medio centenar de fotos realizadas con la máxima calidad y la mejor mirada.

"Ojo de Presa" es el título elegido para la fotografía que ha merecido el máximo galardón.

Sánchez Martínez, que lleva diez años realizando fotografía del más alto a nivel "como fotógrafo freelance", encontró la ocasión propicia con motivo de las obras acometidas por Iberdrola para ampliar el caudal ecológico vertido al cañón del Tormes.

La empresa que realizó los trabajos contrató sus servicios y, de este modo, descendió hasta casi los cimientos de la presa más alta de España, con 202 metros de altura, que otros rebajan a 198 por cuestiones de competencia malsana. Tras descender por los ascensores internos, salió a los exteriores y allí contempló en toda su pureza la grandiosidad de Almendra que, según dice, "me impresionó". "Me pegué al máximo posible a la pared y fotografié lo que se veía" expresa Javier Sánchez. El objetivo Samyang de ocho milímetros hizo el resto.

El resultado fue una imagen espectacular, con una presa circular, enmarcada por el agreste acantilado que la acompaña y coronada por un cielo de nubes revolucionadas. Es un premio, dotado con 200 euros y un diploma, que consiguió tras presentar la imagen de la presa de Almendra animado por la propia fuerza y encanto de la estampa inmortalizada durante su visita al ámbito del Tormes arribeño. "Era un concurso raro y una temática extraña y nueva para mí. Parece algo más de geólogos y tampoco sabía qué presentar, pero me animé con ésta" manifiesta el autor.

Destaca Javier Sánchez que anteriormente se dedicó a fotografiar el paisaje y la naturaleza, pero señala que "en España es difícil vivir solo de este aspecto", de modo que ha ampliado sus tendencias a viajes y otras miradas apropiadas para quien vive la pasión de la fotografía. Es un profesional forjado porque comenzó realizando fotografías para las editoriales más importantes del país para quienes la imagen es uno de los pilares de las publicaciones. Afirma que "el cañón del Tormes no es muy conocido para las personas de fuera de la zona". Su foto es una muestra de lo que ofrece al visitante el territorio. Sánchez aporta un visión nueva de una presa maestra que marcó un hito en el sector hidroeléctrico.