Hasta 5.300 euros se pagaron ayer en Villardeciervos por el permiso de caza de uno de los dos lobos que se subastaban en la modalidad de aguardo; el segundo alcanzó los 5.200. Cifras muy por encima de los 3.600 euros de precio de salida en el caso de los dos lobos que salían este año en la subasta de permisos de caza promovida por la Agrupación de Entidades propietarias de terrenos con derechos cinegéticos en la Reserva de Caza "Sierra de la Culebra" que en su conjunto logró recaudar 51.700 euros.

La cantidad pagada por la caza de los dos lobos confirma el atractivo de este animal para los cazadores, pues fue con la especie con la que se mostraron más animados a la hora de pujar por su captura. No ocurrió lo mismo con los ciervos, cuyos trofeos son muy preciados para la caza mayor pero no se vio "animación ninguna" en la sala, en palabras de uno de los asistentes. Tanto es así que el alcalde de Figueruela de Arriba, Carlos Pérez Domínguez, no dudó en manifestar desde la mesa "parece que vienen de acuerdo". Y así lo confirmó después a este diario; "excepto en los lobos que ha habido un poco de pique, lo otro lo tenían repartido prácticamente".

De hecho, de las 19 piezas que este año salían a subasta quedaron desiertos tres ciervos del tipo A2, aunque dos de ellos estarían adjudicados porque estaban solicitados por carta, según informaron fuentes conocedoras del procedimiento. Los tres corzos del primer lote se mantuvieron en su precio cerrado de 900 euros cada uno; en el caso de los ciervos de tipo A1, de los 6 que salían a subasta, cuatro se quedaron en los precios de salida (4.600 euros) y dos alcanzaron los 5.500 euros cada uno.

De los cinco ciervos A1, todos ellos con un precio de salida de 2.100 euros, por uno se pagaron 2.400, otro se quedó en 2.100 y los otros tres no tuvieron ofertas en la sala. Por los otros dos ciervos tipo C con precio cerrado se pagaron 900 en un caso y el segundo alcanzó los 1.100. Finalmente la montería de jabalí y lobo se quedó en los 2.600 euros de su precio de salida.

Un año más la subasta de caza de Villardeciervos confirmó la gran expectación que genera, tanto entre curiosos, muchos de ellos vecinos de los pueblos del entorno como el propio municipio anfitrión, Cional, Otero de Bodas o Villanueva de Valrojo, como entre los cazadores y en general personas vinculadas al sector cinegético. Entre todos llegaron a llenar de nuevo el salón de actos, aunque ayer el acto se vio alterado por la indisposición de una señora que obligó a algunas personas a auxiliarla en plena subasta hasta que llegaron los servicios médicos y el traslado al hospital en ambulancia.

José Manuel Soto, vecino de la zona y responsable de Medio Ambiente de COAG, coincidió con la sensación mostrada por el alcalde de Figueruela de Arriba de que "las cartas están repartidas" en referencia a la inexistencia de pujas entre los cazadores por las piezas ofertadas, lo que va en detrimento de la recaudación del "único ingreso que tienen los pueblos de la Reserva, una vez que se eliminaron las ayudas ZIS". Sin embargo, los precios pagados por el lobo demuestran, para Soto, el valor cinegético de la especie aunque "tal y como está la situación con los ecologistas parece que pujar por un lobo es un acto ilegal y hay gente que no se atreve a acudir a la subasta, pero hay que tener en cuenta que la caza es legal porque se trata de un reparto de cupos que aprueba la Administración".

Por su parte Tomás Yanes, gestor cinegético, considera que los precios de los permisos de caza están "en niveles más razonables que hace años" cuando se llegaban a pagar precios más altos.

En lo que sí coinciden vecinos y cazadores es en el valor de la subasta presencial de Villardeciervos, pese al peligro de la competencia de Internet que permite las pujas "on line". "La tradición es la tradición y es bueno que no se pierda este acto, las subastas físicas no deberían desaparecer aunque sin desdeñar Internet; las dos fórmulas son buenas" concluye Yanes.

José Manuel Soto defiende la subasta presencial por lo que supone de "día grande" para Villardeciervos y toda la zona. "Es de las pocas cosas que nos quedan en el mundo rural, habría que potenciarlo y hacerlo más atractivo para que venga la gente" defiende,