Ni teléfono, ni internet, y ahora ni siquiera agua. El Ayuntamiento de Perilla de Castro colgaba ayer un aviso en el tablón de anuncios que advertía a los vecinos de que el agua de la red municipal "no es apta para su uso por boca (beber y cocina) hasta nuevo aviso".

El alcalde, Gonzalo Velasco Mielgo, explicaba que un análisis efectuado esa misma mañana había dado niveles de arsénico "un pelín por encima" de lo permitido. El Ayuntamiento enseguida tomó una solución y abrió un segundo pozo para introducir agua limpia en el depósito y rebajar la concentración del metaloide. "Se ha tomado una segunda muestra después de mezclar el agua, tendremos el resultado mañana (por hoy) a primera y confío en que dirá que el problema ha desaparecido", aclara Velasco Mielgo.

El regidor afirma que "ha sucedido más veces, cuando llueve el arrastre eleva puntualmente el nivel de arsénico, pero vuelve a bajar y normalmente tenemos un agua perfectamente saludable, porque una empresa contratada por el Ayuntamiento la analiza todos los meses y así nos consta". No obstante, el municipio ha aprobado la construcción de una potabilizadora, cuyas obras comenzarán "en un mes" financiadas por la Diputación de Zamora.

En este caso, Perilla no ha solicitado un camión cisterna de la Institución Provincial para abastecerse porque "aquí todo el mundo compra agua embotellada, ya que nos obligan a echar cloro y no estamos acostumbrados al sabor", dice el alcalde.