Roales del Pan espera notar un "ahorro" en las facturas que paga a Zamora por el saneamiento de sus aguas residuales desde este mismo mes, ya que el caudalímetro instalado en abril del pasado año en el límite de este municipio con Zamora comenzó a contar oficialmente a partir del día 1 de febrero.

Hasta ahora el Ayuntamiento de Zamora emitía las facturas bimensuales en función de los datos arrojados por un caudalímetro situado en el bosque de Valorio, pero el Ayuntamiento de Roales siempre ha mantenido que cuando llueve se filtra agua en varios puntos a lo largo de todo el recorrido hasta ese lugar. Sin embargo, el municipio no hizo nada al respecto hasta 2016, cuando la alcaldesa Berna Miguel ordenó instalar el nuevo medidor, más próximo a Roales. Tras ocho meses de calibraciones y comprobaciones por parte de ambos consistorios, los gobiernos de Guarido y Miguel firmaron un nuevo convenio para facturar en función del nuevo caudalímetro.

No obstante, el consistorio roaleño tiene constancia de que también en su propio término se producen otras filtraciones de lluvia, de menor importancia, por lo que el siguiente paso a seguir será construir un aliviadero. Para ello el gobierno de Berna Miguel estudia cómo "controlar el nivel de contaminación de sus aguas de saneamiento, y si es necesario, buscar el origen de dicha polución", ya que la CHD no autorizaría en ningún caso la salida de agua sucia.

Esos serán los últimos pasos que Roales tendrá que dar para acabar con sus problemas de contaminación, ya que el nuevo colector de la carretera de Valcabado entrará pronto en funcionamiento. Aunque el plazo de ejecución de las obras finalizaba en diciembre, la Diputación de Zamora concedió una prórroga y actualmente las máquinas están trabajando en varios caminos, pero en el Ayuntamiento "suponen" que se pondrá en marcha "en los próximos meses, la Diputación no nos está informando sobre el estado de las obras", asevera la primera edil.

Respecto al nuevo caudalímetro, la regidora critica que se haya tardado "más de una década en instalar, mientras se dejaba que creciera una deuda millonaria" cuya solución está ahora en los tribunales. En este sentido, Berna Miguel recuerda que su predecesor en la Alcaldía, Miguel Ángel San Martín, "sabía que existían esas filtraciones de lluvia, pero nunca hizo nada por solucionarlo o para que no se las cobraran", y añade que "él siempre tenía buena predisposición y buenas palabras, pero no trabajaba".

De hecho, recuerda la actual alcaldesa que su predecesor "tardó nada menos que cinco años en redactar una ordenanza reguladora del control de vertidos". En un documento firmado por el propio Miguel Ángel San Martín el 22 de junio de 2006, al que ha tenido acceso a este diario, el entonces regidor reconocía a la Confederación Hidrográfica del Duero que Roales tiene un problema de vertidos, y se comprometía a "la aprobación de una ordenanza técnica que regule el control de los vertidos a la red municipal de saneamiento", y calculaba que "este proceso durará, aproximadamente un año". Sin embargo, San Martín demoraría tal proceso durante más de un mandato, pues la ordenanza no vería la luz hasta el año 2009 y, según la actual alcaldesa, "no la aplicó hasta finales de 2011, y siempre con retraso en los cobros". Todavía en 2016 el Ayuntamiento tuvo que cobrar las tasas de saneamiento de 2015 y parte de las de 2014.