Las águedas de diversas poblaciones de la provincia tomaron ayer el bastón de mando y ejercieron su autoridad luciendo los mejores trajes folclóricos, sumidas en el baile y la alegría, compartiendo fraternales comidas y cumpliendo con los oficios religiosos. Los hombres pasaron a un segundo plano o desaparecieron de la escena incluso en el Ayuntamiento, como en Fermoselle.

Aquí el alcalde Alejandro Fermoselle cedió los báculos a las mujeres a primera hora de la mañana y un día rutinario pasó a convertirse en una jornada de canto, de danza y sonido musical, con su aliciente gastronómico y recreativo al decir del concejal Manuel Moya.

Las águedas de El Cubo y de Corrales del Vino plantaron ayer cara al desapacible tiempo que se vivió durante prácticamente toda la jornada para disfrutar de los cánticos y bailes, además de la convivencia y las comidas de hermandad que se desarrollaron a lo largo del día.

En El Cubo, un día antes, y como es tradición, un grupo de mujeres salió a comer el cacho y a pedir la miaja mientras que en la víspera de Santa Águeda, que el santoral sitúa para hoy, aprovechó para honrar a su patrona, además de cumplir con el ritual de mantear al pelele.

En Corrales del Vino, que conserva uno de los más extensos grupos de aguederas, con 98 mujeres censadas, la charanga, a ritmo de dulzaina y tamboril ponía la nota musical al comienzo de la fiesta, con el pasacalles, donde las mujeres lucían bonitos trajes de folklore, realizados en muchos casos por ellas mismas. Todo ello antes de acercarse al ayuntamiento, donde el alcalde, Mario Castaño, les entregaba el bastón de mando a la presidenta, María Alfonsa Junziel, quien marchaba acompañada de la secretaria María Victory, y las vocales María Jesús Ocaña y Marisa Franco. Conforman la junta, que se renueva cada dos años, y son las encargadas de organizar las actividades en honor a la santa siciliana.

Como novedad, las aguederas realizaban la procesión a continuación de la misa, oficiada a la una de la tarde, a diferencia de otros años, que salía en horario de tarde.

El teatro municipal de Corrales fue el lugar elegido para degustar la comida de hermandad, en una cita a la que acuden muchas mujeres que residen en el pueblo, pero también otras que lo hacen en lugares más lejanos. "Para dar más facilidades siempre, y por costumbre, las águedas de Corrales nos reunimos el sábado más cercano al 5 de febrero" explica la presidenta, María Alfonsa Junciel.

En Moraleja del Vino la concentración de águedas tenía lugar a las tres y media de la tarde, para pedir la miaja, y a la que le seguían la cena y el baile. Para hoy, día 5, está prevista la misa de águedas a la una, y una comida en la piscina municipal.