Hoy tiene que soplar nada menos que 105 velas. Isidoro del Buey Martín, apodado el 'abuelo' de Aliste por su dilatada experiencia de vida, recibió ayer un cariñoso homenaje en la residencia San Juan Bautista de Ferreras de Abajo, en la que vive desde hace una década y donde es muy querido por el resto de residentes. Ese cariño se lo ha ganado a pulso este alistano natural de San Vitero que ejerció como telegrafista durante su vida laboral y que a sus 105 años recién cumplidos mantiene sus capacidades cognitivas y se preocupa e interesa tanto por su familia como por sus compañeros de la residencia San Juan Bautista.

Allí, en el que es su hogar desde hace diez años, Isidoro comparte instalaciones y servicios con otros cinco mayores que han alcanzado los tres dígitos en su edad: Lorenzo Villalón y María Fernández, de 102 años cada uno; Laura García y María del Carmen Vicente, de 101; y Manuel Martínez, de 100. Todos ellos conforman el grupo de centenarios de un centro residencial que constituye una gran familia. A esa calidez familiar que se respira en este hogar de mayores de Ferreras de Abajo contribuye el hecho de que algunos de los residentes llevan mucho tiempo viviendo en él, como el propio Isidoro o como Sabino Centeno, que entró en la residencia San Juan Bautista el día que se inauguró en 2004, ahora ya es nonagenario y está dispuesto a cumplir los cien años allí.

Sin duda, cuando llegue a esa edad, en esta residencia ubicada al pie de la Sierra de la Culebra se le tributará un homenaje como el que ayer recibió Isidoro del Buey, en la víspera de su cumpleaños.

La vida del 'abuelo' de Aliste, Tábara y Alba, que hoy entra a formar parte del selecto club de los casi 250 españoles que han llegado a cumplir 105 años, ha transcurrido por distintos puntos de la provincia, ya que tras aprobar las oposiciones de "celador de Telégrafos" en 1941, con un sueldo de entonces de 3.500 pesetas anuales, trabajó como telegrafista en Toro y Puebla de Sanabria. Tras su jubilación fue asiduo del Hogar de Mayores San Lázaro hasta que hace una década se trasladó a Ferreras de Abajo para respirar el aire de la Sierra de la Culebra y recibir una asistencia integral en un ambiente familiar. Actualmente Isidoro del Buey requiere de una silla de ruedas para desplazarse pero mantiene sus facultades cognitivas, lo que le permite reconocer tanto a su hija como a sus tres nietos, familia con la que hoy celebra sus 105 años y le cantará aquello de "...y que cumplas muchos más".