Las nuevas revelaciones de ex alumnos del colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria ratificando los abusos sexuales de José Manuel Ramos Gordón, no han movido la posición del Obispado de Astorga, que se remite "al comunicado que desde el domingo se ha hecho público en la página web de la diócesis de Astorga", han justificado.

Ni una palabra sobre los sacerdotes que pudieron encubrir estos hechos, tanto en La Bañeza y Astorga como en Puebla, a pesar de que crecen las voces que piden responsabilidades a quienes supieron y no hicieron. Las últimas, de los 25 ex seminaristas firmantes de un comunicado donde piden "que se manifiesten todos los demás, que aún sabiéndolo y teniendo el deber de mediar y evitarlo, no lo hicieron".

Por su parte, el arzobispado de Santiago se limitó a apuntar en un comunicado a este diario que "desconocía absolutamente" las noticias difundidas sobre abusos sexuales en La Bañeza y se reserva "todas las acciones legales oportunas ante aquellas alusiones que puedan dañar su honorabilidad". El arzobispo Julián Barrio era rector del seminario de Astorga, en el que ingresaron los denunciantes tras su paso por La Bañeza. Desde el clero solo se ha dejado escuchar la reacción del obispo de Segovia, César Augusto Franco, quien preguntado por los periodistas ha apoyado a la decisión del Obispado de Astorga de apartar del oficio al ex párroco de Tábara porque esta decisión es "la más normal y natural" en estos casos.

"Es lo que hay que hacer", ha dicho el obispo en una rueda de prensa. La medida, adoptada ante el primer caso de pederastia condenado por El Vaticano en Castilla y León, "se ajusta a lo establecido canónicamente". El sentir de los vecinos de Tábara también se hizo oír ayer. Bajo el título "Estupor y asombro" Tuvoz, el medio digital de Tábara y su comarca, no ocultaba en un comunicado la amargura de los vecinos con la acusación de pederastia de quien fuera su párroco durante 26 años, que todavía intentan digerir. Como lamentan la "impasibilidad" del obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, "cuando el pueblo le indicó la voluntad de homenajear al que fuera su pastor durante tantos años, y éste aceptara sin más que este acto se celebrara, máxime cuando solo él sabía que don José Manuel ya estaba suspendido de todos los oficios eclesiásticos; pero aun así permitió que dijera misa y recibiera honores y regalos".