"Estaba deseando que apareciera esta historia, temía que este h. de p. se pudiera librar". Este antiguo alumno del Juan XXIII tenía 15 años, suficientes para que darse cuenta de las aberraciones de "Chema". "Recuerdo a un encanto de niño de 6 años, sé que abusó de él porque lo oí. Fue una noche que me encontraba mal y como él (Ramos Gordón) estaba al tanto de la enfermería fui a verle. Tenía la puerta entreabierta, como no estaba fui al dormitorio de los pequeños y allí estaba, tumbado en la cama con el niño. Cuando se percató, me fui corriendo a mi cama y puso su cara a diez centímetros de la mía. Me miraba como diciendo "si dices algo, te acuerdas"".

T. G. M., 48 años y natural de la comarca del Bierzo, es otro de los ex alumnos que certifican "lo que sabía todo el mundo, aunque yo nunca le vi". Recuerda a Ramos Gordón como profesor de música y responsable del coro, pero también "sabíamos que por la noche merodeaba por los dormitorios; si estaba todo tranquilo, qué pintaba él allí".

Este chico además tuvo la osadía de acudir al Cuartel de la Guardia Civil de Puebla a contar cómo había recibido "una buena tunda porque me negué a cortarme el pelo. Me vino José María "el gordo" (otro cura) y me dijo: "Te cortas el pelo". Le dije que no, me sacó al pasillo y me empezó a sacudir. Luego apareció Chema y los dos me dieron patadas en el suelo, yo protestaba, intentaba defenderme porque me estaban pegando".

""El gordo" me dijo que estaba expulsado y yo, solo de pensar en el disgusto que iba a dar a mi madre, me puse a llorar". T. G. M. recuerda que un compañero de Gijón le animó a ir a la Guardia Civil a contarlo: "En el Cuartel me dijeron que la denuncia la tenía que poner mi padre. No tengo, les dije. Pues tu madre. Pero no la iba a llamarla para darle ese disgusto, así que volví al colegio y después de cenar me agarraron de la pechera, me metieron en el despacho pegado a los dormitorios y empezaron a preguntarme que dónde había estado, entonces me di cuenta de que los guardias se lo habían dicho". El atrevimiento no le salió mal. "Lo que saqué de todo esto es que no me expulsaron ni me volvieron a pegar".