Aliste, Tábara y Alba "es una comarca que además de dar magníficos productos como la ternera de Aliste, setas, moras y miel, cuenta con unos vinos que pueden ser un complemento ideal para los manjares alistanos en España y en el extranjero". Así lo creen los expertos y vecinos dispuestos a convertir a la Raya en un paraíso agroalimentario de máxima calidad, animando a los viticultores a unirse para dar a conocer sus exquisitos caldos, en un intento por salvar la antiguas viñas que la despoblación rural está llevando a la extinción.

De esta manera ha nacido una campaña de micromecenazgo ("crowdfunding") liderada por tres bodegas familiares, "Castro Mendi" de San Blas, "Cepas de la Culebra" de Riofrío y "Ramayal" de Ferreruela, en manos de jóvenes y mayores que, dedicándose a otra cosas, -bomberos, restauradores, albañiles, abogados e informáticos-, han decidido arriesgar su propio dinero para poner en valor los vinos y las viñas alistanas y tabaresas y evitar su inminente desaparición.

La campaña pretende recaudar una mínima cantidad de 3.000 euros a lo largo de los próximos 23 días. Aportando 34 euros el mecenas se llevará de recompensa tres botellas de vino.

En exclusiva para la plataforma Verkami se ha habilitado una jornada de puertas abiertas para el 30 de abril en la que "nos conocerás y te haremos una visita guiada por nuestras bodegas con cata incluida y recompensa de vino".

Los promotores reconocen que "los vinos que producimos proceden de las pequeñas y antiguas producciones que plantaron nuestros antepasados y que seguimos cultivando de forma artesanal. Dan poquita producción, pero el resultado suple con creces el esfuerzo de cuidarlas. Al apoyar este crowdfunding estás también ayudando a mantener ese hermoso legado que nos dejaron en forma de viñedos nuestros padres y nuestros abuelos y con el que elaboramos vinos únicos".

Consejo de mayores

Los abuelos de la comarca que hoy cuentan ya más de 80 años son los primeros que se han lanzado a apoyar la iniciativa para salvar de la extinción los viñedos: "Antes cada familia tenía una viña para el consumo familiar. Se cuidaba como una joya pues daba uvas y se hacía vino para todo el año. Ahora los pueblos se están quedando sin jóvenes y los mayores ya no podemos labrarlas, apoderándose de ellas las zarzas y las malas hierbas. Hay que apoyar a las nuevas generaciones que quieren vivir de la agricultura y la ganadería porque solo ellos pueden salvar los pueblos, son la última y la única esperanza real".