Comedores sociales y clubs de jubilados se encuentran entre los más afectados por la falta de energía suficiente y el intenso frío. En muchos casos se juntan los radiadores, los termos de agua y vitrocerámicas con lo cual, asegura, un vecino: "El contador salta cada dos por tres y así no hay manera de funcionar". Las gélidas temperaturas han llevado a algunos pueblos a proponerse recuperar las antiguas estufas de gas butano que se utilizaban en los años 60 para calentar las escuelas. Expertos en la materia han tenido que advertir a algunos alcaldes que, al parecer, dichas estufas están prohibidas en los centros médicos.