Ch. S.

Villarino toma su apellido de río Cebal, afluente del Aliste, al que se une en la Raya del "Rodillón" Flores, Valer y Fradellos. Cerca de su término, aguas abajo, está la conocida fuente "Fidionda" (en Grisuela) a la que se atribuyen aguas medicinales.

Si regresamos un siglo atrás nos encontramos con un pueblo lleno de vigor que acogía a numerosas familias, la práctica totalidad dedicadas a la agricultura y ganadería. Sus pastos eran y son especiales. El histórico industrial de San Vitero Alfonso Tola, ya fallecido, que creo una floreciente industria de cárnicas, afirmaba que los terneros de más calidad a nivel cárnico se criaban en el pueblo de Villarino Cebal.

En 1910 residían un total de 151 personas. El éxodo rural y la despoblación se cebaron con la localidad ya durante la Guerra Civil y tras ella, época en la que la mayoría de los pueblos crecían, Villarino ya bajaba y llegaba a 1950 con 129 residentes. Los años cincuenta fueron ya una sangría y se perdían 15 habitantes y los sesenta caóticos pues se pasaba de 114 a 71 vecinos.

El camino hacia la despoblación lo delataba el censo de 1981 asignando a Villarino Cebal 36 viviendas y 14 familias (22 casas vacías) con una curiosidad, había los mismos hombres que mujeres: 19 en cada caso. A partir de ahí la situación del padrón caminó bajo mínimos: 33 en 1986, 25 en 1991, 22 en 1996 y 18 en 2000. De su historia se sabe que ya existía allá por 1607 pues los manuscritos delatan la existencia de la cofradía de Santa Catalina de Alejandría que congregaba a los pastores de la comarca en un pueblo paso obligado de cordeles, cañadas y veredas hacia Sanabria en busca de los verdes pastos para las ovejas "Castellanas".