Las industrias de Roales cuyas acometidas de saneamiento no cumplan todas las normativas vigentes, autonómicas y municipales, deberán llevar a cabo las obras necesarias para asegurarse de que no están vertiendo aguas residuales contaminadas en la red de alcantarillado de la localidad. El Ayuntamiento está llevando a cabo comprobaciones en todos los inmuebles y, según ha podido saber este diario, se han detectado acometidas en situación de irregularidad que deben adaptarse, desde el Consistorio no descartan multar a aquellos propietarios que se nieguen a hacerlo. De hecho, existe una empresa que pese a haber recibido "reiteradas notificaciones" no ha registrado aún "ninguna solicitud de licencia de obras", por lo que el gobierno municipal "sospecha" que sigue sin adaptar sus instalaciones, explica la alcaldesa, Berna Miguel.

La intención del Consistorio es conseguir que ningún inmueble vierta aguas negras en la red de alcantarillado para poder desviar las aguas pluviales hacia su curso natural de escorrentía. Para ello será necesario construir un aliviadero, algo que ya se ha propuesto a la CHD, pero esta entidad no concederá el permiso hasta asegurarse de que el agua que irá a parar a los arroyos no tiene ni un ápice de contaminación. La obra es necesaria, explica la alcaldesa, porque actualmente existen varias filtraciones por las que el agua de lluvia se mezcla con la de saneamiento, y toda acaba en la estación EDAR de Zamora, por lo que Roales está pagando "la depuración de nuestro agua y la depuración de gran parte de lo que llueve". Las filtraciones, en los meses más húmedos, alcanzan los 200 metros cúbicos según un estudio encargado por el Ayuntamiento de Roales.

No obstante, la alcaldesa reconoce que una obra de semejante envergadura no la puede asumir el municipio en solitario, "habrá que pedir ayuda a la Junta de Castilla y León y obviamente no será posible hacerlo en los próximos meses". Un paso más para que Roales consiga que la depuración de sus aguas sea sostenible desde el punto de vista económico, camino que tiene como principal escollo la deuda reclamada por Zamora por los impagos de los últimos años.