Una explotación de ovino de Gáname de Sayago sufrió en la madrugada del martes un ataque de lobos que se saldó con cinco ovejas muertas y una docena de ellas heridas. Esta nueva ofensiva viene a confirmar la presencia de una manada en esta zona de Sayago que en los últimos días está azotando a decenas de explotaciones. Si este fin de semana los cánidos mordían en los términos municipales de Sogo, Fresnadillo, Luelmo y Abelón, ayer Gáname se sumaba a la lista de los objetivos del depredador.

Aunque esta es la primera vez que esta explotación sufre un ataque, la mujer del ganadero confesaba ayer consternada a este diario que "era de esperar", pues la familia lleva semanas viendo las pérdidas que sufren sus colegas de poblaciones vecinas y sabían que tarde o temprano el lobo elegiría su rebaño para alimentarse.

En esta ocasión los agentes sí han reconocido la autoría del cánido y el propietario podrá cobrar la indemnización de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente por las bajas, algo que nunca cubre todos los daños. Por eso, los afectados declaraban ayer que "esto tiene que terminar, porque vivimos del ganado. Si quieren tener lobos que los tengan, pero nosotros tenemos que vivir con las ovejas y si sigue así nos van a acabar echando de nuestros pueblos".

La Alianza por la Unidad del Campo UPA-COAG volvía a exigir, a raíz de los repetidos ataques del fin de semana en esta zona de Sayago, "un severo control poblacional de esta especie, puesto que se ha extendido por toda la provincia y sigue provocando daños muy elevados a los ganaderos". Los sindicatos agrarios calificaban la situación de "absolutamente incontrolable" y creen que demuestra "la población desmesurada de ejemplares por toda la provincia". Consideran que el control es necesario tanto al sur del Duero, donde se permite la caza del lobo, como al sur, donde es especie protegida pese a su continua proliferación. El cánido ha colonizado los montes de comarcas como Sayago o La Guareña en los últimos años.