El puente de Las Zambranas sobre el río Valderaduey, en Villalpando, luce un renovado y original aspecto. Las viejas barandillas de esta construcción con más de medio siglo de antigüedad han sido sustituidas por otras más resistentes, moradas y amarillas, por el Ayuntamiento de Villalpando.

Las nuevas barandas son más altas que las anteriores, y más largas, 42 metros de longitud en cada lado, ya que además de haberse protegido las aceras del puente -el tramo morado-, los "quitamiedos" ahora se extienden también por los accesos -el tramo amarillo- para garantizar la seguridad de vehículos y peatones, ya que "en las inmediaciones del puente existe un importante desnivel y queremos evitar que alguien pueda caerse cualquier día", explica el alcalde de la villa, Félix González Ares.

El coste de las barandillas ha sido de 4.200 euros con cargo a las arcas municipales, y han sido instaladas por los propios operarios del Ayuntamiento, que además han reparado las aceras levantando el viejo adoquinado, muy deteriorado antes de la obra, y hormigonándolas.

El pequeño viaducto da acceso a una zona de cultivo, por lo que con frecuencia es atravesado por vehículos y maquinaria agrícola, pero también forma parte de la vía jacobea del Sureste, entre Alicante y Santiago de Compostela, por eso se señalizará con la famosa flecha amarilla que reconocen todos los peregrinos.

Los vecinos destacan la maleza que cubre el río en esta zona del pueblo, y piden que la Confederación Hidrográfica del Duero limpie el cauce para evitar inundaciones.