-¿Quiénes fueron su primeras clientas de trajes tradicionales alistanos?

-Mis propias amigas de la niñez. En los 80 se creó en San Vitero un grupo de folclore para actuar en el pueblo y otros de alrededores, integrado sólo por mujeres, para cantar, tocar y bailar; así comencé a confeccionar indumentaria tradicional, entonces femenina. Poco a poco, paso a paso, sin prisa pero sin pausa.

-Artesanía pura a base de horas de esmerado trabajo.

-Cada prenda alistana es una joya artesana. Cuando las heredas de tus padres y abuelos las guardas como un preciado tesoro. Para confeccionar una camisa de mujer tardo alrededor de tres meses, pues es muy laboriosa, solamente cada puño y traspuño me lleva casi un mes. Hago una media de cuatro trajes de mujer completos al año y además realizó otras piezas sueltas que me encargan como manteos, monteras, camisas, gabachas y justillos.

-Cuéntenos alguna anécdota de su vida costurera.

-Recuerdo de mi juventud, un señor de Palazuelo de las Cuevas que había emigrado a Cuba y regresó al pueblo para casarse con su novia alistana de toda la vida, la cual se había quedado en Aliste. Regresó con dinero y sus mejores galas, traje y sombrero, y al verlo su suegro le dijo: "¿Pero tú vas a ir a casarte con mi hija al descubierto?: anda hombre, vete a San Vitero que te hagan una capa alistana de honras".

-¿Qué supone para usted el homenaje que recibirá en el Día de Exaltación de la Capa Parda en Sejas?

-Un honor, como persona, pero también por Aliste y los alistanos y las alistanas, porque entre todos, nuestros antepasados y nosotros, hemos sabido ser fieles a nuestros valores, sociales, culturales y humanos, orgullosos de nuestras raíces. Las escuelas de "Manteos y Monteras" y "Aulas de Música" han contribuido y contribuyen a ello, cada vez que un niño y un joven aprenden a tocar una gaita o una dulzaina, a cantar tonadas y danzar, a elaborar indumentaria, están y estamos contribuyendo a salvar nuestras tradiciones y costumbres alistanas de toda la vida.