Las actuaciones de la Guardia Civil Rural, Seprona y Medio Ambiente se centran en controlar, instruir las diligencias y denunciar infracciones, cada cuerpo las que le correspondan, sobre el proceso de recolección, compra y venta, transporte y plantas que se dedican al almacenar setas con vistas, así, a garantizar la seguridad de las personas.

En los últimos años la Guardia Civil ha detectado, -un claro ejemplo fue la operación "Espora"-, la proliferación de grupos de recolectores organizados procedentes de países como Bulgaria y Rumanía. Los agentes hacen su trabajo, el problema está en que, al no estar empadronados en España, difícilmente se van a ver obligados a hacer frente a las denuncias impuestas. Obviamente, sí pierden el producto intervenido y recogido ilegalmente.

Según manifiestan los alcaldes, tras informarse: "Con vistas al próximo año la cosa cambiará, pues la nueva normativa permitiría requisarle el vehículo, algo que ahora no puede hacerse".

El mayor área micológica regulada en la provincia es la Unidad de Gestión Micológica "Montes de Zamora" con una superficie de 27.769 hectáreas (en su mayoría de Aliste y Sanabria) y una producción media anual sostenible de 55.932 toneladas, por campaña, del 1 de agosto del año el curso (2016) al 31 de julio de siguiente (2017).

En este caso concreto la normativa Micocyl deja claro que para "para la recogida de setas todas las personas deben de obtener su correspondiente permiso". La práctica comercial sólo se autoriza a recolectores "locales" o "vinculados", pero nunca a foráneos sin relación con los pueblos regulados.