El otoño regaló ayer un resplandeciente día a Fuentesaúco y la Feria de los Santos pudo brillar con luz propia en una de las ediciones más concurridas que se recuerdan. Más de un centenar de puestos, gran afluencia de visitantes y el concurso de cocina a base de garbanzos que batió récord de participación con catorce platos, demuestran la fortaleza de una feria recuperada hace más de una década y que se consolida año a año en la capital de La Guareña.

Se nota que a los saucanos les gusta esta feria, evocadora del esplendoroso pasado agrario de Fuentesaúco y por extensión de toda la comarca. La historia dice que se instauró a principios del siglo XVIII, cuando Carlos III concedió a la villa, por una Real Ordenanza, el privilegio de celebrarla anualmente. Y se hacía el martes siguiente a la festividad de los Santos, cuando agricultores y ganaderos realizaban los tratos, la compra-venta de productos y animales en uno de los mercados de referencia en este epicentro entre las provincias de Zamora, Salamanca y Valladolid que se prolongaba desde el antiguo mercado, en el actual Centro de Salud hasta la Plaza de Santa María, pasando obviamente por la Plaza Mayor.

La modernización agraria de los años 60 terminó con una feria que no supo adaptarse a los nuevos tiempos. Y no fue hasta los años 90 cuando se plantea su recuperación, primero tímidamente, con un puñado de puestos mal organizados y los más nostálgicos sacando la carretilla de ajos en la Plaza de Santa María.

"Era más una feria en plan antropológico, con una exposición de aperos antiguos, y los hortelanos vendiendo los productos de la huerta; nada comercial" evoca el profesor saucano Ángel Rodríguez. Pero aquello cambió y a partir del año 2000 la Feria de los Santos toma un impulso, ya de la mano del Ayuntamiento y con la implicación mayor de las asociaciones de mujeres. Se montan las casetas y, aunque al principio seguía imperando el carácter expositivo, poco a poco se han ido incorporando industrias de Fuentesaúco, casas comerciales y en los últimos años artesanos e industriales de otras provincias.

Más tímida parece que está siendo la participación de empresas de la provincia y especialmente de la comarca de La Guareña, a la que se sigue echando en falta. "Estamos en un momento en el que la feria se ha consolidado por completo, quizás el único recorrido pendiente esa dimensión comarcal que le vendría muy bien tanto a Fuentesaúco como a todos los pueblos de la zona" reflexiona Ángel Rodríguez, quien apunta que la fortaleza de la feria merecería plantearse el día como fiesta local.

Aún así el vigor de la Feria de los Santos era ayer evidente. La organización del Ayuntamiento y la activa colaboración de la Coral Saucana Guareña, la Asociación de Mujeres y el Club de Jubilados se dejaba notar con los puestos de dulces elaborados por las propias asociadas. Allí estaban las encajeras de bolillos, que han formado un grupo de 8 mujeres del propio Fuentesaúco, Guarrate, Villaescusa y Cañizal; las castañeras o las elaboradoras del pote de garbanzos que se repartió entre los asistentes a la feria recibiendo numerosos elogios.

La Plaza Mayor hervía también con los puestos de productos de la tierra. Legumbres, con el garbanzo como producto señero, quesos, embutidos, chocolates, pastas, hortalizas... También antigüedades, bisutería, libros o un artesano del trillo, llegado de Cantalejo (Segovia), cuna de estos aperos de labranza. Más de cincuenta puestos dando vida a una feria que por quinto año consecutivo rinde homenaje al Garbanzo de Fuentesaúco, una legumbre de contrastada calidad que cuenta con el reconocimiento de la IGP.

En su quinta edición, el concurso de cocina "Con sabor saucano" ha superado con creces la participación de otros años. Hasta catorce platos, cuatro de ellos con mano masculina, probaron los miembros del jurado en una reñida deliberación. "Este año el nivel ha sido altísimo y las propuestas muy originales" apuntaba Nicolás Armenteros, técnico de la Denominación de Origen del Garbanzo de Fuentesaúco.

El premio al plato más original fue para Toño Fonseca y Loli Ramos (veteranas participantes y siempre con éxito) por su propuesta de "turrón y bombones saucanos". El premio a la mejor presentación fue para Jesús García Lozano por el plato "tierra y mar" que, como su nombre indica, marida los garbanzos con marisco y pescados. Y el premio al mejor plato tradicional recayó en Raquel Arganda que triunfó con su "cocido completísimo", una delicia a decir de alguno de los miembros del jurado.

También se entregaron los dos premios del concurso de fotografía a Enrique Sesmilo por la obra "Levántate y corre"; y Toñi Fonseca con la imagen titulada "Hidratando".

El alcalde de Fuentesaúco, Gaspar Corrales; la presidenta de la Diputación, Mayte Martín Pozo; y la diputada de la zona, Maribel Escribano, fueron los encargados de la entrega de premios.

La Plaza Mayor volverá a tomar vida en una semana, el 15 de noviembre, con la Tornaferia.