Por muy bien que se den los lances, no serán los pescadores quienes erradiquen de las aguas a las especies exóticas que las pueblan. La normativa deja en manos de este colectivo la posibilidad de rebajar la población de las invasoras de los ríos y embalses, una vez que obliga a retirar y no devolver a las aguas a más de una docena de peces invasores o introducidos por la mano de la Administración, de los pescadores deportivos, a través de las aves o llegados por su capacidad colonizadora y reproductora.

Sin embargo, los pescadores consideran que con las cañas solo puede hacerse una labor "insignificante" en la limpieza de los escenarios fluviales de la provincia y de la región habitados por especies cuya captura es permitida "sin limitación de cupo o talla". Además, representantes de los pescadores no solo lo consideran inviable sino que ni siquiera están por la labor. "Nadie puede obligar a nadie a matar a otro ser vivo, y el exterminio de especies se considera genocidio" expresa Carlos Terabilla, de la Asociación "Aguas Claras", remitiéndose a las declaraciones de la Unesco. Y sostiene que es imposible que los pescadores logren con la caña despejar el exotismo de las aguas.

Para el presidente de la Asociación Zamorana de Caza y Pesca, Antonio de José, la erradicación de las especies exóticas "es el cuento de la lechera", y considera que "es una demanda de los grupos ecologistas a quienes beneficiarían estas actuaciones". En su criterio, "en el fondo es cuestión de dinero", y afirma que "la Administración no va a ser quien las erradique ni la Guardería se va a poner a pescarlas".

La realidad es que quitar de embalses y ríos a los nuevos pobladores se presenta como una ardua tarea. Los kilos que puedan lograrse a base de anzuelo y paciencia, con ser muchos, y en algunos casos con capturas de récord, "no se notarán" en expresión de Terabilla, que hace referencia a concursos donde se obtienen más "de 500 kilos".

Rondan los 6.000 los permisos de pesca de Zamora, pero algunos a pesan si sacan los aperos de casa. El pescador Jesús Nieto San José, que sí lo hace, dice "tener días de 25 carpas", pero salvo dos o tres, el resto las devuelve al agua. Otros hablan de cientos de alburnos. Las nuevas normas ha rebajado la afición a la pesca. "Si quieren que la gente se reconforte con la pesca, que aclaren lo que quieren" expresa Nieto San José, porque puede que todos dejemos de sacar licencia.

En el capazo de las especies a purgar están el cangrejo rojo de las marismas, cangrejo señal, carpa, trucha arcoíris, lucio, lucioperca, perca-sol, pez gato, alburno, siluro, salvelino y el black bass. También cualquier otra especie de pez o de crustáceo catalogado como exótica o invasora que puedan estar presentes y aparezcan a la vista.

La nueva normativa dispuesta por la Junta de Castilla y León establece que "estos peces podrán ser capturados y no deberán ser devueltos vivos a las aguas". Para que los pescadores puedan aprovechar con mayores garantías algunas de las especies que tienen su aceptación en la mesa la Junta de Castilla y León permite "la posesión y el transporte temporal de ejemplares muertos de estas especies hasta el lugar de su eliminación del medio natural", advirtiendo que el proceso se realice "en el menor plazo posible y de acuerdo con la legislación sectorial sobre esta materia. De este modo, los pescadores tienen la posibilidad de mantener las capturas enceldadas en una red hasta el momento de dar por finalizada la jornada, que puede prolongarse durante horas o todo el día.

La formación del nuevo Gobierno de la Nación era esperado por el sector de los pescadores que confían en que algunas especies, como la carpa, salgan de nuevo del Catálogo de las Exóticas.