José María Mezquita concibe la apicultura como una pasión y como un recurso con posibilidades de asentamiento de población y de desarrollo de un medio rural que lucha por la supervivencia.

-¿Qué supone la apicultura trashumante para el apicultor local?

-Un perjuicio clarísimo. Lo primero es que te quitan la comida de tus abejas. La gente cree una abeja no consume, pero es un insecto muy activo. Sí ven, en cambio, que las ovejas y vacas acaban con la hierba. Si yo tengo cincuenta colmenas y te rodean con quinientas, cuando las mías van a libar, si han ido otras antes, no hallan nada. Lo segundo que puede acompañar a la población de las trashumantes son las enfermedades. La varroa se trata en ausencia de cría, que no existe en invierno. Si tras las abejas de zonas calientes, que crían todo el año, y no se tratan bien te contagian las crías.

-¿Tienen su fundamento las ordenanzas proteccionistas que sacan adelante los Ayuntamientos?

-Posiblemente no estén bien redactadas, pero la intención está bien, aunque se podría hacer mucho más sencillo. Surgen por el abuso que crean los trashumantes. No se puede llegar a un pueblo y colocar las colmenas donde les da la gana, sin contar con la Unidad Veterinaria, a escondidas, y donde dicen que traen quinientas y después hay mil. Si no respetan las leyes de distancia que marca la Junta de Castilla y León, si no cumplen nosotros tenemos que organizarnos, formar asociaciones y empezar a intentar que respeten la ley con denuncias a la Guardia Civil e informando a la Unidad Veterinaria. Sucede que si la multa son 180 euros la pagan y las vuelven a poner porque es un chollazo.

-La situación de la apicultura trashumante y estante pasa por momentos polémicos. ¿Es posible una solución?

-La solución será difícil. Se dejan meter 200.000 colmenas, con unos beneficios que pueden ser de 15 hasta 20 millones, y ¿cuánto reciben los ayuntamientos? Si quieren proteger a los apicultores estantes, si se quieren asentar población, que ya los pueblos están bastante abandonados, hay que dar soluciones. Si se quedan dos o tres personas en un pueblo como apicultores, pues es algo. Los trashumantes tienen que poner las colmenas en zonas guardando las distancias de pecoreo, en pueblos donde no haya apicultores y en un número de las colmenas admisible. El que tiene vacas en un pueblo o un bar, no va a Salamanca u otro sitio y hace lo que da la gana. No es trashumancia, es un abuso total de los recursos que tienen los pueblos en la zona. No se pueden meter colmenas sin medida y hay que racionalizar.

-¿Cómo ve la situación de San Vitero, con la denuncia de asfixia de enjambres y recursos a la ordenanza?

-Nos enteramos por el periódico de que les habían cerrado las piqueras. Dije a los apicultores locales que no se acercaran por allí por si acaso les echaban la culpa. Y allí están las colmenas funcionando. Si se las asfixiaron por culpa de una ordenanza, cómo se atreve ahora a llevarlas o reponerlas. Antes había un solo apicultor y ahora hay más que quieren hacer de la apicultura un medio de vida.

-¿Habéis puesto el caso en conocimiento de la Administración o solicitado que tome medidas?

-Hemos remitido un escrito a Medio Ambiente porque coloca dos núcleos y dos colmenas en un monte público. ¿Por qué solo cuatro en un cortafuegos? Al indicar que murieron más de 500 colmenas, que murieron millones de abejas, que iba a gastar dinero en desinfectar? nosotros decidimos mandar a Medio Ambiente que analizaran los animales para evitar la propagación de una posible la infección en otros colmenares. A los ocho días fueron a verlo. Es de suponer que redactaran un informe, que ahí estará porque nosotros no tenemos ninguna información. Si vemos los colmenares vivos es que o no murieron todas las abejas, o que las ha repuesto y entonces no podrá alegar que no ha tenido tiempo de quitarlas.

-¿Hay alguna razón para que los trashumantes elijan Aliste, Sanabria e incluso Sayago para asentar sus colmenas?

-En la zona nuestra hay menos sequía que en Cáceres y por eso vienen para aquí. Y se hace lo que haga falta por mantener las colmenas. Alguno ha llegado al extremo de pedir la cédula de propiedad a un anciano que advirtió de la colocación en su finca. "Mira que yo genero cuatro empleos y tú eres un viejo que no generas nada". Ahora creamos ordenanzas y la quieren impugnar. Este año la campaña ha sido bastante mala. Enjambres salieron mucho pero no cogen melada, no sé si es debido a que la poca que hay tienen que repartirla con todo lo que nos meten. Si uno tiene 20 vacas y otro trae mil, y van delante comiendo ¿qué comen las que van detrás? Este año beneficio no han dado. La invasión está ahí porque las multas son ridículas, y debe respetarse que los residentes en los pueblos puedan vivir.