La iglesia parroquial de Santa Irene de Figueruela de Arriba fue asaltada durante la madrugada del martes, reabriéndose de nuevo los ataques a templos religiosos cinco meses después de la oleada que afectó, entre marzo y mayo, a medio centenar de iglesias y ermitas de la provincia de Zamora -más de la mitad se situaban precisamente en la comarca natural de Aliste, Tábara y Alba-, y que aún sigue por resolver.